Es difícil de imaginar un lugar así, incluso en Europa, donde tanto gustan los mercadillos de Navidad. Esta tienda llamada Bronner’s, situada en un pequeño pueblo de Michigan (Estados Unidos), va más allá. Es la tienda de objetos de Navidad más grande del mundo.
La pista de la celebración superlativa de la Navidad nos lleva a Frankenmuth, un pequeño pueblo de Michigan (en el censo de 2010 tenía una población de 4.944 habitantes). Quienes lo conocen lo suelen describir como una pequeña Baviera. De hecho, esta tienda se diseñó con un arquitectura muy típica del corazón de Europa, uno de esos chalets alpinos tan encantadores. Funciona durante todo el año. El edificio tiene 29.700 m², rodeado de unos jardines de 109.000 m². En el exterior hay varias figuras de Santa Claus, de hasta 5 metros de altura, y un enorme muñeco de nieve.
Fundada en 1945 por el devoto luterano Wally Bronner, por este país de las maravillas de la Navidad pasan cada año más de dos millones de personas, sobre todo el fin de semana después de Acción de Gracias, el más activo del año con más de 50.000 visitantes. En el aparcamiento caben 1.080 coches y 50 autobuses, y unas 100.000 luces iluminan la zona por la noche.
En la tienda hay ahora más de 50.000 adornos y regalos diferentes, y venden cada año alrededor de 600.000 adornos del árbol, 500.000 guirnaldas y 150.000 tarjetas postales.
Entre sus clientes figuran nombres muy conocidos, aunque los Bronner recuerdan con especial emoción la llamada del actor John Wayne el 15 de diciembre de 1976. «Necesito el mayor traje de Santa Claus que tengáis», les dijo.