«¡Si Dios me puso aquí, ahora que se las arregle Él, que se haga cargo Él!», fue la broma de Francisco en su traducción al italiano, idioma en el que no existe un equivalente preciso de «bancar», otro de los porteñismos a los que Bergoglio apela con mucha frecuencia.
La pregunta de Milia fue cómo se sentía siendo Papa y la respuesta completa de Francisco fue: «Mirá, Jorge, tengo mucha paz. Cuando todo esto empezó, fue como entrar en algo vertiginoso, extrañamente vertiginoso, porque yo no había previsto nada, me parecía increíble. Pero luego lo tomé con mucha paz».
«No me atrevía a pensar que aquello [mi elección] fuese lo que Él quería, pero al menos no lo había impedido y me dije: ‘Si dios me puso aquí, ¡que Dios me banque!'». «Me eché a reír -escribe Milia-, no sé si por la expresión que había usado o porque estaba pensando en el momento en que yo lo escribiría. Enseguida tomé nota y él, sacudiendo la cabeza, dijo: ‘Otra para tu colección sobre la jerga de Francisco. No se te escapa nada‘».
Milia dice que le divertía «esa humildad» de Bergoglio que le hacía decir que no había osado pensar que aquello que sucedía en el cónclave era la voluntad de Dios, pero que Él al menos no se había opuesto.
Y sobre todo destaca esa expresión final: «¡Que Dios me banque!». Que sería, explica Milia a los italianos, una traducción al castellano argentino popular de la expresión más tadicional «¡Que Dios me proteja!». «Es como decir ‘Será Él quien me sostenga, ahora que se arregle Él'», agrega Milia.
Con información de Infobae