Mucha gente quejándose, agotada y desesperada se evidencia en los pasillos del terminal La Bandera, en Caracas, donde centenares de usuarios han tenido que someterse a largas colas y otros han sido el blanco de la especulación por algunos transportistas, a fin de garantizar su viaje y poder pasar un año nuevo con sus familiares. Con pedazos de cartón, pequeñas sábanas y usando sus propias maletas como asiento o almohadas, se instalan en el piso de las instalaciones, llevando algunos hasta tres días intento adquir un pasaje para viajar al Occidente del país.