Fuerzas de seguridad iraquíes aliadas con miembros de tribus combatieron el jueves contra extremistas vinculados con al-Qaida que, en una ofensiva coordinada, actuaban a sus anchas en dos de las principales ciudades suníes en el país.
Los rebeldes armados atacaron estaciones de policía y se desplazaban libremente por las calles, envalentonados por el aumento de las tensiones sectarias entre la minoría suní y el gobierno encabezado por los chiíes.
Los soldados iraquíes dispararon contra los extremistas cohetes Hellfire enviados recientemente por Estados Unidos para ayudar al gobierno a combatir a la facción local de al-Qaida, que tiene una participación cada vez mayor en la guerra civil en Siria, al otro lado de la frontera.
Los veloces ataques de los extremistas el día anterior abrumaron a las fuerzas de la policía en Ramadi y Faluya, dos ciudades en el corazón suní en la provincia de Anbar que alguna vez fueron baluartes de rebeldes que peleaban contra las fuerzas estadounidenses en el país.
AP