Un estudio realizado en el Hospital Universitario de Vaud y publicado en la revista Nature Medicine, muestra la relación de causalidad entre el aumento de los casos de asma alérgica en los últimos 50 años en los países occidentales y la disminución del consumo de frutas y verduras.
Para llegar a esta conclusión, científicos realizaron pruebas con ratones, informó en un comunicado el Fondo Nacional Suizo, que financia el estudio.
Una parte de los roedores fue sometida a una dieta con bajo contenido en fibra, mientras que un segundo grupo ingirió mayor cantidad.
Los animales que habían recibido una dieta con alto contenido en fibra desarrollaron una reacción alérgica significativamente menos fuerte, al ser expuestos a extractos de ácaros de polvo doméstico.
Los investigadores sostienen que este efecto protector es el resultado de una reacción en cadena en varios niveles, que comienza cuando la fibra llega al intestino grueso en el que fermenta por las bacterias y se convierte en ácidos grasos de cadena corta.
Éstos son transportados en la sangre y contribuyen a la maduración de las células inmunes en la médula ósea.
Atraídas por los ácaros, estas células migran a los pulmones en los que desencadenan una reacción defensiva contra ellos, reseñan agencias.