Investigadores del Instituto Walter y Eliza Hall, en Melburne, Australia, han descubierto una estrategia prometedora para el tratamiento de los cánceres que son causados por uno de los cambios más comunes que causan tumores en las células. El descubrimiento, publicado esta semana en ‘Genes & Development’, ofrece esperanza para el tratamiento de muchos tipos de cáncer que son impulsados a crecer y diseminarse por culpa de la actividad de una proteína llamada MYC.
Hasta el 70 por ciento de los cánceres humanos, incluyendo muchas leucemias y linfomas, presentan niveles inusualmente altos de MYC, que causa cambios precancerosos en las células, obligándoles a un crecimiento anormalmente rápido. Los investigadores Gemma Kelly, Marco Herold y Andreas Strasser, del Instituto Walter y Eliza Hall, dirigieron una investigación sobre cómo las células con altos niveles de MYC se mantienen con vida y crecen. Así, descubrieron que los linfomas que poseen altos niveles de MYC no pueden sobrevivir a largo plazo sin una proteína llamada MCL-1, que hace que las células tengan una larga vida.
«Durante muchos años hemos sabido que las proteínas de la familia de proteínas BCL-2 aumentan la supervivencia celular y cooperan con MYC para acelerar el desarrollo de cáncer -resalta Kelly–. Hasta ahora, no se sabía qué proteína específica de la familia BCL-2 era más importante para la supervivencia y el crecimiento de los cánceres conducido por MYC».
En este sentido, explica que han descubierto que las células de linfoma con altos niveles de MYC pueden ser matadas mediante la desactivación de una proteína llamada MCL-1. «En comparación con las células sanas, las células del linfoma fueron considerablemente más sensibles a una reducción en la función de MCL-1, lo que sugiere que en el futuro, los medicamentos que bloquean MCL-1 podrían ser eficaces en el tratamiento de cánceres que expresan altos niveles de MYC con efectos secundarios tolerables en las células normales del cuerpo», adelanta.
El profesor Strasser añade que el descubrimiento fue interesante porque ofrece esperanza de que los inhibidores de MCL-1 podrían estar pronto disponibles para su uso clínico. «MCL-1 se encuentra en niveles elevados en un número de cánceres de la sangre y también muchos tumores sólidos, por lo que se ha producido un fuerte impulso para el desarrollo de compuestos potenciales contra el cáncer que se dirigen a MCL-1», subraya.
«Los agentes anticancerígenos que se dirigen a la proteína BCL-2 , que está estrechamente relacionada con MCL-1, ya se están mostrando prometedores en los ensayos clínicos, incluyendo algunos que se han realizado en Melbourne. Tenemos la esperanza de que los inhibidores de MCL-1 estén pronto disponibles para pruebas clínicas. Estamos muy interesados en determinar si estos compuestos podrían usarse para tratar el cáncer impulsado por MYC», concluye Strasser.
Europapress