Pedro Núñez Caripe
Con la convocatoria al diálogo de paz que promoviera el Presidente Bolivariano Nicolás Maduro a los alcaldes de la oposición recién electos en diciembre pasado, concentramos la atención reflexiva en dos de los presentes en Miraflores, Alfredo Ramos, que habló en el puesto sexto ese miércoles 18, y Henri Falcón y Pedro Loreto, que lo hicieron en segundo y cuarto lugares, cuando uno de ellos apeló a una frase muy acertada al momento de la diatriba, citando al autor dijo: “de la política bien llevada, he aprendido es que se hace con las neuronas bien aceitadas de inteligencia y no con hormonas emocionales de la irracionalidad cruel de las hienas rabiosas”; pensamos que lo advirtió para tranquilizar los ánimos al buen juicio, para que no se pudiera caldear el ambiente y desbordarse las pasiones, y terminar todo allí, sin buscar una tabla de salvación en los mares picados y revueltos por el temporal del enfrentamiento. Ya en la primera intervención, Antonio Ledezma, alcalde metropolitano de Caracas, había iniciado retaliativamente -en nuestra opinión- con una actitud belicosa y en un desencajado semblante psicobilioso de la obstinación, y planteó decidir la ideología de la exaltación notoria de la separación inextricable y sin vacilación, de las posiciones ejecutivistas individuales de las competencias jurisdiccionales entre los poderes del Estado.
Lo nacional es lo nacional y no tiene que ver con nada más; lo regional con lo regional y lo municipal con lo municipal. Cada corporación debe operar por separada una de la otra para que no haya gestión intervenida. No siendo así, se obliga al alcalde a cumplir con la ideología política del regidor Presidente y debemos saber que el municipio es un núcleo político autónomo, con decisiones ejecutivas independientes según la supuesta Ley que esgrimió, “por lo que el burgomaestre no tiene que obedecer ni aceptar órdenes ni resoluciones centralistas nacionales”, pero dichosamente así lo establece la Constitución bolivariana y participativa, que fue aprobada por la mayoría votante del pueblo venezolano.
Alfredo Ramos, diputado ante la Asamblea Nacional y ahora alcalde del Municipio Iribarren del Estado Lara, quien viene desde hace tiempo enarbolando la bandera de la palabra parlamentaria en aliento y beneficio de la tercera edad en lo relativo al tema irrebatible del beneficio del cesta-ticket compensatorio al pensionado que este diciembre pasado se incrementó con un lote de 9.050 nuevos ingresos para redondear un total vigente para este enero de 2014 de 2.517. 401 beneficiarios del IVSS, lo que representa una potente fuerza electoral.
Hemos presenciado un Alfredo Ramos como pescador al garete, solito, sin que nadie lo acompañe en la soledad de la brega en procura del sustento de todos; no ha tenido él el apoyo de los diputados de la oposición, mucho menos de la bancada bolivariana porque no les perdonan que sea de la derecha lo que plantee el logro de las cesta-tickets endurecidos. El diputado líder de la tercera edad aprovechó la reunión de gobernador y alcaldes para que se escuchara el clamor de los tercerinos ante el Presidente en persona y toda Venezuela en su demanda del logro del bono alimenticio senil, convencido de la sensibilidad que adorna al primer magistrado como sindicalista-obrero, luchador por los que más sufren los zarpazos impiadosos de las injusticias que deben ser cero en un Estado Socialista. El pensionado entonces requiere de ese beneficio, no sólo para equilibrar el salario amenazado por la inflación inducida y la elevada canasta alimentaria y necesita enfrentar además el elevado costo de las medicinas, lo que en gastos actuales suponen algo superior a los 4 millones de bolívares de los viejos.
Súmese a esas desventajas los gastos de alquileres, residencias, hogares, auxilios económicos a nietos escolares de padres sin trabajo, consultas médicas quincenales (la más barata con especialistas sobrepasa los 500 Bs.) y ante ese descalabro, el salario mínimo sigue decreciendo y se pone más chiquito. Pericles, único fundador de la democracia, dijo hace 1.600 años: “Los pobres no tienen más Ley que su presencia en el Estado Pueblo Popular que los justifica, acompañados de su idealizado líder de fibra de hierro que los lleva a sus victorias firmes al paso de los tiempos”.
En ese sentido, diputado obrero y sindicalista Alfredo Ramos, por ser alcalde no abandones tu puesto de lucha por las reivindicaciones de tus hermanos pensionados, a los que debes llevar a una victoria.