Ya los trabajadores lo perdieron todo, el sueldo quedó muy atrás, incluso el de los militares que es el sector privilegiado por esta administración, se supone por temor a estos, ante la mirada de rabia del ciudadano común
Álex Vallenilla
Luego que el salario del venezolano ha sido prácticamente confiscado y destruido en 2013, gracias a los efectos de la indetenible inflación que azota a Venezuela, en medio de una crisis de estanflación que cada día tiene más vigor, el siguiente paso es la quiebra masiva de la pequeña y mediana empresa (Pyme), si la administración de Nicolás no toma correctivos.
Ya los trabajadores lo perdieron todo, el sueldo quedó muy atrás, incluso el de los militares que es el sector privilegiado por esta administración, se supone por temor a estos, ante la mirada de rabia del ciudadano común.
La escasez de bienes y servicios, porque la producción fue arrasada por expropiaciones, ahora disfrazada de “guerra económica”, la excesiva emisión de dinero inorgánico y la crisis cambiaria, son los principales componentes de esta inflación, que si bien el BCV ha dicho que en alimentos es de 70%, hay rubros que en 2013 subieron más de 200%.
El alza desmedida de los precios golpea el bolsillo del consumidor y este no puede comprar o dirige sus gastos a lo más esencial. En una encuesta en línea de En-Efectivo 77% de 27 comerciantes respondieron que sus ventas en 2013 cayeron entre 75% y 25.
La caída del consumo, la escasez de materias primas y de inventarios, sumado a la fiscalización salvaje de la administración de Nicolás, son los factores principales que amenazan la estabilidad de pequeños comerciantes y empresas de manufactura, debido a que la no generación de ganancias por rotación, aumentan los costos fijos de las compañías, produciendo pérdidas cuando se ajusta la inflación. Es acá en que entra en juego el otro componente de la crisis que se consolida: la recesión.
El alto riesgo que hay en el país, por la situación, ha producido incluso que los bancos restrinjan el acceso al crédito, se ha endurecido la aprobación de financiamiento a determinados sectores. En el caso del importador, el riesgo es el más alto, debido a la crisis cambiaria, el no poder reponer inventarios convierte a estos negocios en riesgos muy altos.
En esta etapa, las empresas que dependan en mayor medida de divisas para su desempeño de negocios, serán las primeras en caer, sobrevivirán aquellas que su componente de dependencia de dólares es muy reducido, y las empresas pequeñas de servicios de comida, servicios automotrices, peluquerías, lavanderías, fruterías, reparaciones diversas, entre otras.
Este escenario, de no ser atacado antes que ocurra la caída, incidirá en las cifras de desempleo, dejando mucho personal en la calle a finales de 2014.
Para que esto no ocurra, el gobierno tendrá que cambiar su política económica y buscar mecanismos de recuperación de la inversión segura en el país.
Hay información que el Ejecutivo, ante esta realidad, ya está estableciendo contactos con empresas de los países del ALBA, para promover inversiones en Venezuela, por supuesto, esos empresarios pondrán sus condiciones.
alexvallenilla@gmail.com