El levantamiento contra el presidente heredero de un régimen de 40 años se ha convertido en una guerra civil después de surgir como una serie de manifestaciones pacíficas y ahora enfrenta a grupos rebeldes contra el Gobierno y, cada vez, a los propios insurgentes entre sí
BEIRUT. Más de 1.000 personas murieron en dos semanas de enfrentamientos internos entre milicianos vinculados con Al Qaeda y otras facciones rebeldes en Siria, dijo el jueves un grupo activista, en lo que es la ola de violencia interna más sangrienta entre los insurgentes desde que comenzó la revuelta.
El levantamiento contra el presidente Bashar el Asad se ha convertido en una guerra civil después de surgir como una serie de manifestaciones pacíficas y ahora enfrenta a grupos rebeldes contra el Gobierno y, cada vez, a los propios insurgentes entre sí.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo activista pro-oposición, indicó que 1.069 personas murieron en enfrentamientos y ejecuciones desde que se inició a comienzo de mes la lucha interna entre el Estado Islámico de Irak y el Levante -ligado a Al Qaeda- y fuerzas rebeldes rivales.
La cuenta incluye a 130 civiles, 21 de ellos ejecutados por el grupo con vínculos con Al Qaeda en un hospital infantil que era base de la organización en la ciudad de Alepo, en el norte del país, dijo el observatorio.
Otras 608 víctimas eran combatientes de grupos rebeldes islámicos y otras organizaciones opositoras de corte menos ideológico que se han unido a las fuerzas insurgentes para combatir al Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL).
Los combatientes de la filial de Al Qaeda representan 312 de los muertos y las restantes 19 víctimas no fueron identificadas, agregó el observatorio.
Un conjunto de grupos rebeldes, incluida una alianza conocida como Frente Islámico, que combina algunas de las facciones más poderosas de Siria, han estado tratando de expulsar a ISIL, que también cuenta con presencia en Irak.
ISIL se había vuelto cada vez más impopular en Siria debido a sus secuestros y asesinatos de opositores y su tendencia a querer imponer su propia interpretación estricta de la ley islámica. El grupo había provocado además la ira de otros rebeldes al capturar territorio en manos de insurgentes rivales. Agencias
Recuperan terreno perdido
Combatientes de ISIL lograron recapturar parte del norte de la provincia de Raqqa y otras partes de la provincia de Alepo que habían perdido en el ataque inicial a los insurgentes.
La lucha interna ha afectado las principales regiones bajo control rebelde. Las provincias centrales de Homs y Hama han registrado algunos conflictos intestinos, pero la gran mayoría de los cruces han sido en las provincias de Alepo, Raqqa, Idlib y Deir al-Zor.
Agencias