«No hemos cerrado ninguna puerta, y estamos listos para sentarnos con Venezuela, pero no tengo anuncios que dar sobre próximos pasos», dijo la vocera del Departamento de Estado, Jen Psaki.
Psaki respondió a las declaraciones de Maduro, que el miércoles afirmó que su gobierno está «listo y preparado» para retomar las conversaciones bilaterales, luego que en julio de 2013 se rompiera un diálogo de acercamiento para mejorar sus deterioradas relaciones diplomáticas.
«Hemos visto los comentarios», dijo Psaki, quien sin embargo no pudo responder si Washington había recibido alguna nota oficial de Caracas o qué camino seguirán las relaciones a partir de ahora.
«No puedo predecir qué pasará, si pasará o cómo pasará, solo que estamos abiertos a ello», afirmó.
Sin embajadores desde 2010, ambos gobiernos habían iniciado en junio de 2013 un diálogo para restablecer su relación al máximo nivel, encabezado por el canciller venezolano, Elías Jaua, y el secretario de Estado John Kerry, pero la iniciativa fracasó un mes después.
En diciembre, Kerry reiteró que Estados Unidos está abierto a reanudar ese diálogo.
En varias ocasiones, Maduro ha acusado a Washington de fraguar junto a la derecha venezolana una «guerra económica» contra su gobierno, que ha derivado en una «inflación inducida» de 56% en 2013, y el desabastecimiento de productos básicos. Estados Unidos siempre ha rechazado las acusaciones.
En uno de los más recientes roces diplomáticos, Maduro expulsó en septiembre pasado a la encargada de negocios estadounidense, a lo que Washington respondió con una medida similar.
Pese a sus tensas relaciones, Estados Unidos es el mayor comprador del petróleo de Venezuela, el mayor productor de crudo latinoamericano y el país con las mayores reservas petroleras del mundo.
AFP