Beto y Enrique saltan la cuerda y comen manzanas y zanahorias, y el Monstruo Comegalletas sólo come galletas una vez a la semana, en vez de todos los días. Ahora está por verse si el cambio que han comenzado los Muppets puede ayudar a mejorar la salud de los niños.
Un experimento de tres años en Colombia sugiere que sí se puede. Ahora el proyecto de Sesame Street, conocida en Latinoamérica como Plaza Sésamo, llegará a Estados Unidos.
Una prueba en un preescolar de Nueva York ya ha arrojado resultados: Jahmeice Strowder, de 4 años, hizo que su mamá le preparara coliflor por primera vez en su vida. Su compañero de clase, Bryson Payne, le exigía a su papá su banano diario y más ensaladas. Y un padre llevó a casa una hogaza de pan en vez de Doritos.
«Me parece que lo que creamos es una cultura» de comer saludablemente para combatir un «ambiente tóxico» de comida chatarra y muy poco ejercicio, dijo el doctor Valentin Fuster, cardiólogo en el Hospital Mount Sinai de Nueva York.
Hace seis años comenzó a trabajar con Sesame Workshop, los productores del programa «Sesame Street», en un proyecto para niños de 3 a 5 años. «En esa edad le ponen atención a todo», y los hábitos se pueden cambiar, dijo.
La necesidad está clara: Un tercio de los niños y adolescentes de Estados Unidos son obesos o tienen sobrepeso. Muchos no se ejercitan lo suficiente y según un estudio reciente la condición física de los pequeños ha mermado en todo el mundo. Los niños con estos problemas de salud corren riesgo de padecer enfermedades cardiacas y de otro tipo a lo largo de su vida.
«La atención está entre los más jóvenes» para tratar de prevenirlo, dijo el médico Stephen Daniels, pediatra de la Universidad de Colorado y vocero de la Asociación de Cardiólogos de Estados Unidos. La conferencia anual del grupo realizada en noviembre incluyó el experimento de Fuster como uno de los mayores logros del año en la prevención de enfermedades cardiacas.
Para «Sesame Street», el proyecto fue una oportunidad para mejorar las vidas de los jóvenes espectadores y renovar ciertos personajes.
«Aunque el Monstruo Comegalletas es una figura entrañable, nos pareció que había una oportunidad ahí para presentar un modelo de dieta saludable», dijo Jorge Baxter, director regional para Latinoamérica de Sesame Workshop, región que también enfrenta un grave problema de obesidad infantil en los niños mexicanos.
El nuevo mensaje es que algunas cosas como las galletas «se pueden comer de vez en cuando, pero hay otros alimentos que puedes comer todo el tiempo», como las verduras, dijo Baxter. Los mensajes saludables han sido incorporados gradualmente en el programa y sus productores crearon un doctor Muppet, el doctor Ruster, basándose en la imagen de Fuster, para el proyecto preescolar.
El proyecto se lanzó en Colombia porque las escuelas estadounidenses a las que se acercó Fuster hace años se mostraron reticentes. En cambio la Fundación Julio Mario Santo Domingo estuvo dispuesta a hacer el experimento en Bogotá.
El experimento se realizó con 1.216 niños y 928 padres de 14 jardines de niños. A algunos se les entregó el programa y otros sirvieron para tener un punto de comparación.
Los niños con el programa recibieron educación sobre hábitos saludables y cómo funciona el cuerpo humano durante una hora diaria por cinco meses usando videos producidos por Sesame Workshop, un juego de mesa («juego del corazón»), canciones, afiches y actividades. Los padres estuvieron involucrados con tareas en casa y talleres que se enfocaban en superar las barreras ante los alimentos saludables y el ejercicio. Por ejemplo, en zonas con poco acceso a parques o a lugares de recreación, a los padres se les dio entrenamiento para impulsar a sus hijos a usar las escaleras en vez de los elevadores y a caminar en vez de tomar un bus.
Se midió el peso y los hábitos de ejercicio de los niños al comienzo, un año y medio después y finalmente tres años después. Aunque muchos se mudaron y otros simplemente lo dejaron antes de que terminara, los investigadores documentaron un importante aumento en el conocimiento, la actitud y los hábitos de salud de los niños en el programa frente al grupo que no lo recibió.
La proporción de niños con un peso saludable aumentó de 62% al comienzo a 75% para aquellos que participaron en el programa. En Colombia, a diferencia de Estados Unidos, esto implicó que más niños que padecían desnutrición alcanzaran un peso saludable.
En Nueva York, donde el programa se planea lanzar en varias iniciativas de infancia temprana y de innovación en el año, los encargados de los programas tendrán que apoyar a niños con peso bajo y sobrepeso.
En Colombia, el programa se ampliará ahora a unos 20.000 niños y en España comenzará un proyecto similar en Madrid. En Nueva York, una organización que dirige Fuster en Mount Sinai financiará el lanzamiento en Estados Unidos con la ayuda de donantes privados.
El doctor Jaime Céspedes, pediatra y especialista cardiaco que ayudó a encabezar el proyecto en Colombia, cree que resultó más exitoso que cualquier otra cosa que hubiera probado antes. «Sésamo conoce a los niños, conoce a los medios y sabe cómo comunicar los mensajes», dijo. «Cuando logras que los niños transmitan el mensaje a la familia el cambio llegará».