El número de presos que murieron en las cárceles venezolanas en 2013 fue un 14 % menor al de 2012, al pasar de 591 a 506, pero el hacinamiento aumentó un 20,31 %, afirmó hoy el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).
«La situación bajó porque el año pasado fueron 591 y este año fueron 506, pero de todas maneras sigue siendo una cifra demasiado grande y lamentablemente las políticas que han impulsado todavía no se han sentido para contrarrestar la situación de violencia», dijo el director del OVP, Humberto Prado, al presentar el informe anual de esta organización no gubernamental.
Los 506 decesos de 2013 indican una tasa de 95 presos muertos por cada 10.000 detenidos, subrayó Prado, quien cifró en 616 los heridos en motines, reyertas y otros incidentes.
El nivel de hacinamiento se situó en un 231 %, lo que significa un crecimiento del 20,31 % respecto al año anterior.
Según OVP, en los 51 centros de reclusión contando cárceles, retenes y calabozos policiales, que cuentan en conjunto con espacio para 16.189 internos, hay 53.566, de los cuales un 94 % son hombres.
Prado aseguró que desde el año 1999, cuando el presidente Hugo Chávez llegó al poder, hasta fines del 2013 fallecieron 6.163 internos y 16.208 resultaron heridos.
El titular de la ONG criticó los diferentes planes que ha desarrollado el Gobierno de Nicolás Maduro para aliviar el hacinamiento, el retardo procesal o ayudar a los reclusos a desarrollarse en alguna actividad productiva. «Son 506 muertos, 1.300 en dos años», dijo al recordar que el Ministerio para el Servicio Penitenciario fue creado a mediados de 2011 para paliar la crisis en ese sector.
Informó que del total de la población penitenciaria, un 63,61 % han sido procesados o están en prisión preventiva, mientras que un 29,89 % son penados o tienen una sentencia definitiva. «Un preso, cuando entra a prisión, tiene hasta el 43 % más probabilidades de morir que en la calle y resulta que el preso está entre cuatro paredes bajo la custodia de la Guardia Nacional (policía militarizada)», dijo.
Prado recomendó, para mejorar la situación de las cárceles, descentralizar los centros de reclusión y dar su administración a las gobernaciones, «porque es menos probable que se equivoquen 23 gobernadores que un solo gobierno». EFE