El próximo 7 de octubre entrará en escena «el mejor sistema de votación del mundo». Al menos eso consideran las propias autoridades venezolanas, que además agradecen al expresidente de EE.UU. Jimmy Carter que se expresara en ese sentido.
Hugo Chávez y Henrique Capriles se las verán ante un sistema completamente informatizado en el que además existe la posibilidad de una auditoría, pues como resguardo se introducen papeletas en una urna. Pero pese a todo lo avanzado, la sombra de la duda azuzada por unos y otros no ha dejado de sobrevolar la jornada del domingo. «Se van a quedar con las ganas» es algo que han dicho tanto Chávez como Capriles.
Las denuncias de hipotéticos complots para cometer fraude son una cosa casi diaria en vísperas de la trascendental jornada.
Por eso, muchos venezolanos se disponen a «defender su voto» ejerciendo como testigos en las mesas electorales o, dado el nuevo signo de los tiempos, erigiéndose en «ciberobservadores».
Según publicó en Twitter Vicente Díaz, uno de los rectores del Consejo Nacional Electoral, ante el órgano el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ha acreditado cerca de 51.000 testigos. La oposición, algo menos de 52.800.
Sin observación internacional
En Venezuela no habrá misión de observación en sentido estricto, por considerar el CNE que su país cuenta con la «suficiente madurez» como para no requerir ese tipo de asistencia que «podría implicar cierto tipo de intervención».
Al contrario, al país llegará una «misión de acompañamiento» de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur). Según Tibisay Lucena, presidenta del CNE, este «acompañamiento» implica «respeto y consideración entre pares».
Según el acuerdo firmado por el ente sudamericano y el CNE, se trata de que Unasur pueda «presenciar el proceso electoral» para que el jefe de la misión pueda hacer «comentarios generales» y «darán cuenta de las actividades realizadas y evitarán valoraciones subjetivas».
«Ciberobservadores»
Además de los miles de testigos acreditados, otros «electores activos» están dispuestos a acudir a las mesas para supervisar la auditoría de los votos, algo que permite la legislación venezolana.
En Venezuela también se prepara un ejército virtual de voluntarios «ciberobservadores», ciudadanos de perfil alto en internet que, coordinados por diversas organizaciones no gubernamentales, se dedicarán a tratar de garantizar la limpieza del proceso a través de la red.
Los venezolanos decididos a «defender el voto»
BBC Mundo