El objetivo de las interceptaciones de correos electrónicos y mensajes a través del PIN y WhatsApp de sus teléfonos móviles, sería obtener información de primera mano sobre la negociación de paz en Cuba entre el Gobierno y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, denunció la revista Semana
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ordenó el miércoles al Ejército que le entregue, en un plazo de nueve días, los resultados de una investigación por denuncias de un supuesto espionaje de la inteligencia militar a algunos de sus negociadores en el diálogo de paz con la guerrilla de las FARC.
El mandatario, quien ha hecho de la solución al conflicto interno de casi medio siglo su principal bandera de Gobierno y buscará su reelección en mayo, dijo que el lugar desde donde se habrían realizado interceptaciones ilegales de comunicaciones tenía autorización de los mandos militares para funcionar.
«Le he dado instrucciones precisas al inspector del Ejército para que esa investigación produzca resultados a más tardar a finales de la semana entrante, le he dado plazo para que el viernes de la semana entrante me traiga los resultados de una investigación», dijo Santos en un acto de Gobierno.
Otras investigaciones anunciadas en el pasado por el Gobierno y las autoridades militares por fuga de información relacionada con el proceso de paz no arrojaron ningún resultado.
El presidente defendió el uso de «fachadas» para realizar actividades por parte de la inteligencia militar y dijo que es un procedimiento legal en todo el mundo para mantener la seguridad y combatir el terrorismo y el narcotráfico.
De acuerdo con las versiones que entregaron a sus superiores los militares que trabajaban en el local habilitado como restaurante y sala de internet en una concurrida zona comercial de Bogotá, no estaban realizando actividades ilegales como lo denunció la revista Semana, agregó Santos.
Horas después de la publicación de la revista, que desató un escándalo, el Gobierno separó de sus cargos a dos altos oficiales del Ejército encargados del manejo de la inteligencia.
Según la publicación, el jefe del equipo negociador del Gobierno, el ex vicepresidente Humberto de la Calle; el alto comisionado para la paz, Sergio Jaramillo; y el alto consejero presidencial para la reintegración, Alejandro Eder, habrían sido objeto de interceptaciones de sus correos electrónicos y mensajes a través del PIN y WhatsApp de sus teléfonos móviles.
El objetivo de las interceptaciones sería obtener información de primera mano sobre la negociación de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), sostuvo la revista.
Santos declaró que de ser cierto sería «inaceptable» y sostuvo que si hubo irregularidades se les aplicará todo el peso de la ley a los responsables.
Rodaron las
primeras cabezas
Horas después, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, anunció el «relevo» del jefe de Inteligencia del Ejército, general Mauricio Ricardo Zúñiga, y del director de la Central de Inteligencia Técnica de esa fuerza (Citec), general Oscar Zuluaga.
Pinzón dijo después de una prolongada reunión con el fiscal general colombiano, Eduardo Montealegre, que en la mañana de este martes se abrió una «investigación disciplinaria» del caso que debe rendir su informe al término de la próxima semana.
Añadió que «la Justicia Penal Militar ha abierto sus investigaciones preliminares», paralelas a otra de la Fiscalía que busca establecer si hubo «extralimitación de funciones» por parte de miembros de la inteligencia militar. Agencias
Las FARC acusan a Uribe
Las FARC acusaron al expresidente Álvaro Uribe de estar detrás de presuntas escuchas ilegales a los delegados del gobierno colombiano en el diálogo de paz, algo que el mandatario Juan Manuel Santos atribuyó a «fuerzas oscuras» y que analistas endilgan a gente «sectaria» enquistada en el Ejército.
El ex presidente derechista «Alvaro Uribe está detrás de esto» y él «es el enemigo público número uno de la paz en Colombia», dijo a la prensa en La Habana Iván Márquez, jefe negociador de las FARC en las conversaciones de paz.
«Aquí no solamente se está espiando desde Colombia a la delegación de paz del gobierno nacional, sino especialmente a la delegación de paz de las FARC», agregó Márquez, quien afirmó que «esto que está sucediendo, que es realmente grave, debe responderlo (aclararlo) el gobierno de Colombia».
AFP