El dinero obtenido en la subasta por la moto será donado a un albergue de Roma
La Harley Davidson que el papa Francisco recibió como regalo de la marca en junio pasado recaudó hoy en una subasta en París 210.000 euros (unos 284.000 dólares) que el pontífice destinará a un albergue de mendigos de Roma.
A ellos se sumarán otros 50.000 euros (68.000 euros) que alcanzó la cazadora motera, talla XL, que la marca de Milwauke regaló en la misma ocasión al papa durante la celebración de los 110 años de vida de la casa estadounidense en junio pasado.
La Dyna Super Glide Custom 2013, de 1.585 centímetros cúbicos, está sin estrenar, pues el papa Francisco nunca ha subido en ella y solo se limitó a plasmar su firma en el depósito de combustible en noviembre pasado, al igual que en la parte interna de la cazadora, señas de identidad autentificadas por un certificado pontificio.
La casa de subastas londinense Bonhams no ocultaba su satisfacción por el resultado de una venta que habían preparado meticulosamente para aumentar la espectativa.
La moto del papa era el producto estrella de una subasta que incluía 300 vehículos de leyenda, Rolls Royce, Facel Vega, Cadillac o Panhard y que la víspera habían recibido la visita de multitud de curiosos y potenciales compradores.
El resultado de la campaña de promoción fue que la Harley obtuvo 14 veces más de lo que habían calculado -15.000 euros de precio de salida-, en el transcurso de una animada venta que tuvo un escenario excepcional, el Grand Palais de la capital francesa, y que apenas duró seis minutos.
Fue un comprador por teléfono quien pujó más alto, un europeo del que no se ha desvelado la identidad, que paró el contador en los 210.000 euros, a los que tendrá que sumar otros 30.000 en gastos ligados a la venta.
«Es posiblemente un récord para una moto Harley Davidson», afirmó el responsable de este tipo de subastas en Bonhams, Ben Walker, que dirigió la venta.
El comisario se mostró más categórico al afirmar que nunca antes se habían pagado esa cifra por una cazadora, que fue a parar a un comprador diferente que, además de los 50.000 euros, pagará otros 7.500 de gastos.
La historia de la Harley de Francisco, bautizada en tono jocoso como la «papamoto», comenzó en junio pasado, cuando la mítica marca de Milwauke celebraba en las calles de Roma sus 110 años.
Miles de amantes de esas motos se dieron cita en la capital italiana, donde se organizaron una serie de actos. El último, una concentración alrededor del Vaticano, en la vía de la Conciliación, desde donde muchos de los participantes acudieron a escuchar la misa del papa.
En su homilía, Francisco había fustigado «la potencia del placer» que sustituye a Dios por «engañosos ídolos humanos». Al término de la misma, y tras recorrer el recinto vaticano en su «papamóvil», el pontífice abandonó la Santa Sede para entrar en Roma y bendecir a los motoristas.
El patrón de la casa Harley, Willie G. Davidson, regaló entonces la moto y la cazadora al pontífice.
En octubre pasado, el papa anunció que donaba ambos regalos al albergue de pobres Don Luigi di Liegro, situado en la estación Termini de Roma y gestionado por Cáritas.
Cada día, desde su apertura hace 30 años, un millar de «sin techo» y de personas desfavorecidas acuden a esta institución para recibir albergue y comida.
Citado por Bonhams, el director de Cáritas Roma, Enrico Feroci, aseguró que el dinero obtenido «supera con creces cualquiera de las espectativas».
Los fondos irán destinados a renovar el comedor del albergue, además de parte de su zona de acogida, según la institución.
Feroci se había mostrado muy agradecido al pontífice por este «preciso regalo», en el que vio «un signo más de su proximidad a los pobres de la Iglesia de Roma». Cáritas suele ser uno de los principales beneficiarios de los regalos que recibe el pontífice.
El pasado miércoles, un grupo de artesanos regaló a Francisco una escultura de chocolate que reproducía su figura al tamaño real, elaborada con cacao procedente de una cooperativa de Guatemala.
Tras probar un pedacito de la obra, el papa anunció que la donaba a esa institución caritativa.