«Le he dado la orden al canciller de la República de proceder a declarar persona no grata y expulsar del país a estos tres funcionarios consulares de la embajada de Estados Unidos de Norteamericana. ¡Que se vayan a conspirar a Washington!», dijo Maduro en cadena nacional de radio y televisión.
Maduro explicó que la excusa de las reuniones con los estudiantes de universidades privadas era ofrecerles a los jóvenes «visas para Estados Unidos».
A fines de septiembre Maduro ya había ordenado la expulsión de tres diplomáticos estadounidenses, entre ellos la encargada de negocios Kelly Keiderling, a los que acusó de conspirar reuniéndose con opositores. Ambos países carecen de embajadores desde 2010.
Poco antes del anuncio de la expulsión, el gobierno venezolano había acusado a Washington de intentar «legitimar intentos de desestabilización» en su contra, en referencia a un comunicado del secretario de Estado John Kerry, difundido la víspera.
Venezuela «rechaza contundentemente» las declaraciones de Kerry «en tanto constituyen una maniobra más del gobierno de Washington por promover y legitimar los intentos de desestabilización de la democracia venezolana que han desatado grupos violentos en los últimos días», señaló un comunicado oficial.
La víspera Kerry había informado que Estados Unidos está «profundamente preocupado» por las «crecientes tensiones y la violencia» en Venezuela, que ha experimentado casi dos semanas de protestas opositoras y donde el miércoles pasado disturbios dejaron tres muertos y decenas de heridos.
Durante casi dos semanas, miles de estudiantes de todo el país han protestado en las calles en rechazo a la inseguridad, la inflación, del desabastecimiento, y el arresto de un centenar de universitarios, de los que 14 permanecían detenidos este domingo.
Pero desde el miércoles cada noche las protestas derivaron en violencia, con heridos y diversos daños a personas y materiales.
La noche del domingo grupos revoltosos atacaron nuevamente con piedras las instalaciones del canal de televisión estatal VTV, denunció Maduro mientras hablaba por televisión.
Denuncian grupos violentos
Este domingo unos tres mil estudiantes volvieron a manifestar en Caracas, en esta ocasión para denunciar la violencia que grupos de encapuchados han desatado tras sus manifestaciones en los últimos días.
«Vamos a seguir en la calle, en paz, sin violencia. Le exigimos a Nicolás Maduro el desarme de los colectivos, ¡hasta que no los desarmen, no dejaremos las calles!», clamó ante la multitud Gabriela Arellano, estudiante de la Universidad de los Andes (este) y una de las cabezas del movimiento.
El gobierno venezolano, que califica a estas manifestaciones como parte de un «golpe de estado fascista en marcha», ha acusado que los actos violentos son perpetrados por grupos de la «ultraderecha».
Venezuela también denunció que se han difundido a través de redes sociales fotografías tomadas en otros países y en otras épocas a las que se cataloga como fotografías tomadas en Caracas estos días.
El domingo la ministra de Comunicación, Delcy Rodríguez, mostró una serie de imágenes de manifestaciones en Chile y Egipto «que son presentadas en las redes como represión en Venezuela» (…) No vamos a permitir este tipo de manipulaciones», agregó y amenazó con acciones judiciales contra varios medios de comunicación.
Convocatoria de opositores
Los líderes opositores Henrique Capriles y Leopoldo López –sobre quien pesa orden de captura– convocan marchas, el primero por los problemas del país y el segundo, en un desafío al gobierno.
Capriles –candidato presidencial derrotado en abril– responsabilizó al presidente por los «focos violentos» de los últimos días en avenidas principales de la acomodada zona caraqueña de Chacao y explicó que con ellos se persigue «criminalizar» las manifestaciones estudiantiles.
«Es obvio que el gobierno ha querido generar un foco de violencia que concentre toda la atención para que los grandes problemas de los venezolanos queden a un lado», dijo Capriles en rueda de prensa este domingo.
Capriles ha disentido de la línea más radical de la oposición aglutinada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) representada, entre otros, por Leopoldo López y que promueve forzar un cambio del gobierno electo hace 10 meses a través de marchas de calle convocadas bajo el lema «La salida».
López rompió el silencio la noche del domingo después de cuatro días para también anunciar una marcha el martes hasta el propio ministerio de Justicia, un claro desafío al gobierno de Maduro que lo instó este sábado a entregarse.
«Si hay alguna decisión de ilegalmente meterme preso, pues allí estaré para asumir esa persecución», dijo este domingo por la noche en un video que difundió por Twitter y en el que aseguró que sigue en Venezuela.
AFP