«Me agarraron, me maltrataron, me dijeron que me iban a matar y me arrastraron por el parque desde la moto por unos 100 pasos», cuenta el músico de 25 años Andrés Rincón.
Habla – en conversación telefónica con BBC Mundo desde Valencia, en el centro-norte de Venezuela-, del momento en que fue arrestado el jueves 13 de febrero junto a varios jóvenes durante una protesta contra el gobierno de Nicolás Maduro.
Los estudiantes cuentan que se refugiaron en un parque mientras dejaban de sonar los disparos en los disturbios que afuera en la calle tenían como protagonistas a sus compañeros, a los llamados «colectivos» y a las fuerzas del gobierno.
Eran alrededor de las 10:00 pm y fue ahí, en medio de la naturaleza del parque Negra Hipólita, que la Guardia Nacional arrestó a los 11 jóvenes que han denunciado torturas en esta ciudad al oeste de Caracas.
Su testimonio, que incluye el relato de una violación con un fusil, ha sido el más sonado durante las protestas que en dos semanas han dejado entre ocho y 13 muertos, dependiendo de si se cuenta a quienes no murieron en las marchas sino en eventos relacionados.
Otro caso ya conocido es el de José Alejandro Márquez, un ingeniero que murió el domingo después de ser golpeado en Caracas por oficiales de la Guardia Nacional Bolivariana en medio de una protesta, según dijeron testigos ante los cuerpos policiales.
Son algunos de los casos de violación de los derechos humanos que aparecen regados en reportes de redes sociales emitidos en diferentes partes del país, y que el gobierno niega.
Las investigaciones
El Foro Penal Venezolano, una organización que aboga por los derechos humanos y se ha encargado de defender a muchos de los estudiantes en los tribunales, ha investigado 18 casos específicos que, según dice, pudo comprobar de manera independiente.
Según Gonzalo Himiob, uno de los abogados de la ONG, el lunes recibió denuncias de nuevos casos de tortura en el estado Zulia, en el occidente del país.
El gobierno rechaza estas versiones. El mismo presidente, Nicolás Maduro, le dijo a BBC Mundo el viernes en rueda de prensa que «en Venezuela no se tortura». «Para torturar se necesita que alguien dé la orden y el comandante (Hugo) Chávez nunca dio la orden (…) y nosotros venimos de esa escuela», indicó Maduro.
No obstante, tres funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), la policía política venezolana, fueron arrestados en relación a los muertos que dejaron las protestas del 12 de febrero.
La Fiscal General de la Nación, Luisa Ortega Díaz, también negó las torturas el lunes. Aseguró que a los detenidos «se les ha practicado los exámenes forenses (…) después de la captura» y aseguró que en el caso de la supuesta violación, las pruebas médicas no respaldan la versión de la víctima.
Sin embargo, el Foro Penal presentó el domingo en una rueda de prensa los resultados de los exámenes médicos que comisionó, en los que se concluye que algunos de los jóvenes soportaron politraumatismo y uno de ellos tiene laceraciones anales.
Mientras sus abogados dicen que los jóvenes dieron cuenta de estas denuncias en sus audiencia ante los tribunales, la fiscal lo niega.
Las versiones
Los medios de comunicación de línea oficialista han destacado cómo innumerables revelaciones de maltratos están fundadas en fotos traídas de conflictos en otros años en otros lugares del mundo. Pero fotos y videos de abusos, consideradas por muchos como irrefutables, también han inundado las redes sociales.
La oposición política, por su parte, ha condenado los casos de maltrato y tortura.
El líder opositor Henrique Capriles dijo el lunes que decidió no asistir al Consejo de Gobierno con Maduro -la reunión del presidente con gobernadores y alcaldes- porque «no va a lavarle la cara mientras está reprimiendo».
Según él, el gobierno ya es considerado «genocida» en el exterior. El también gobernador del estado Miranda habló de 649 detenidos y el sábado detalló los diferentes casos de jóvenes que, según él, sufrieron abusos de derechos humanos.
Por su parte, Himiob le dijo a BBC Mundo que «el gobierno no solo está acorralado por las protestas, a pesar de que las esconda, sino «por la crisis económica que padece el país». «Y estos abusos», concluyó, «no son más que una forma de demostrar que ha perdido legitimidad y necesita generar miedo».
Maltrato
Además de Andrés Rincón, BBC Mundo habló con Jorchual Gregory, un estudiante de comunicación social de 19 años de edad que antes de entrar al parque Negra Hipólita había recibido disparos con perdigones.
Es uno de los estudiantes en Valencia cuyas denuncias fueron investigadas por el Foro Penal. Aunque Andrés y Jorchual dicen no conocerse, sus testimonios cuentan las misma serie de eventos.
Después de ser arrestados en el parque en medio de golpes, insultos y amenazas, dicen, la Guardia Nacional los trasladó a un comando donde los mantuvo tres días.
Según sus testimonios, en un momento en que estaban arrodillados, les pegaron con un casco en la cabeza, hasta romperle el casco en el cráneo a un joven y generarle una fractura.
Al llegar a la base de la Guardia, cuentan, les pidieron que se limpiaran la sangre con una toallas húmedas, que sin embargo estaba untadas de gasolina, «sea para que nos dolieran las heridas o para incriminarnos de los incendios después en los tribunales», dice Gregory.
En medio de lo que se oye a través del teléfono como llanto, Gregory le cuenta a BBC Mundo cómo encerraron durante un tiempo a uno de sus compañeros mientras ellos esperaban en un estacionamiento.
«Lo penetraron por el ano con un fusil», dice.
Habla de Juan Manuel Carrasco, un muchacho que dejó de compartir esos recuerdos, puesto que su psicóloga le recomendó que se abstuviera de hacerlo porque cada vez que repasa los hechos se vuelve a deprimir.