Los vecinos del sector popular dijeron que el Ministerio de Ambiente y autoridades locales tienen conocimiento de lo que allí pasa, sin que haya voluntad por terminar con la situación que desmejora la calidad de vida
Ya no existen palabras para definir el malestar que ha surgido entre más de 500 familias residentes del sector El Jabillo de Guacarapa de la ciudad mirandina de Guarenas, ante lo que se convierte en un problema de salud pública.
Vivir a merced de la contaminación es el pan de cada día de niños, adultos y personas de la tercera edad, quienes se han tenido que conformar con ver atónitos la indiferencia del Ministerio de Ambiente, mientras que al frente de sus viviendas pasan excrementos ligados con las aguas servidas, las cuales desembocan directamente a esta comunidad desde la Ciudad Socialista Belén.
Una trabajo muy lento
Ante las muchas denuncias realizas por los habitantes del populoso sector, el equipo de La Voz quiso conocer sus apreciaciones en directo, de modo que en la brevedad posible se apliquen los correctivos que los lleven a mejorar de forma significativamente eso que se llama calidad de vida.
No es nada agradable que perennemente se respire una fuerte hediondez. Sin embargo, la costumbre ha tenido que ser una aliada obligada en El Jabillo, donde hace más de un año comenzaron los trabajos de instalación de tuberías en la Quebrada de Altamira, a los fines de evitar el paso de las cloacas por el sitio.
Zoraida Pantoja, una de las vecinas afectadas, explicó que las labores realizadas por la empresa Monlosa, arrancaron con el propósito de terminar en 3 meses. Se han extendido y hasta la fecha no han avanzado ni a la mitad de acuerdo a lo que dijo.
«Nosotros sabíamos que eso no estaría listo en 3 meses, pero tampoco imaginamos que nos mantendría en ascuas. Desde que se construyó Ciudad Belén las aguas negras las echaron hacia acá y de ahí en adelante hemos tenido que aceptar esta situación. Vivimos expuestos a enfermedades, a la contaminación. Los obreros no han seguido con los trabajos», subrayó.
Calles de mal en peor
Por su parte, Raúl Cebilla señaló que aparte del problema que se vive con el paso permanente de las cloacas por la quebrada, está presente el mal estado de la vialidad que ha sido denunciado en otras ocasiones por esta vía, pero que ha alcanzado un punto tal que hay tramos en los que funciona un solo canal.
«No sabemos ya que hacer. Lo de las cloacas es urgente. La mitad del barrio se ve afectado por esto. A veces el paso de agua con sucia es pequeño, pero cuando arriba sueltan las aguas para limpiar tanques esto es horroroso. No se aguanta», afirmó.
En El Jabillo de Guacarapa hay un consejo comunal, cuyos miembros ya han dado a conocer la situación que allí se vive. Los vecinos afirman que en Monlosa permanece activa una comisión de ambiente que conoce la situación pero que no ha tomado acciones contundentes. «Nosotros estamos a la buena de Dios», agregaron.
Yohadi Arteaga
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