Los cadáveres de Kriskelly Yubirí Chávez Arias, de 19 años y de su padre Julio César Chávez, de 67 años de edad, fueron hallados la noche de este sábado acuchillados, cada uno en su habitación, en la residencia donde vivían en el sector El Porvenir, segunda entrada de Carapita, parroquia Antímano.
Padre e hija fueron vistos por última vez con vida la noche del lunes 17 de febrero. En la casa de dos niveles vivían otros familiares, entre ellos Noraima Salazar, sobrina de Julio César y prima de Kriskelly, quien explicó que las víctimas dormían en la planta baja mientras que ella lo hacía en el primer piso.
A finales de la semana, los vecinos comenzaron a sentir un olor putrefacto que salía de la casa y hablaron con Noraima, pero ella no vio nada extraño. Las habitaciones de su tío y la de su prima estaban cerradas con seguro porque ellos, presuntamente, habían viajado a Santa Teresa del Tuy, estado Miranda.
El sábado, el hedor era cada vez más fuerte, todos pensaban que en la casa había un animal muerto o tal vez en una de las habitaciones. Ante la insistencia de los vecinos por que revisaran en la casa para sacar lo que estuviera podrido, Salazar decidió buscar ayuda para reventar la puerta del cuarto de su tío. Cuando revisaron lo encontraron muerto con dos cuchilladas en el abdomen.
Tal fue la impresión del hallazgo que no dudaron en hacer lo mismo en la habitación de Kriskelly Chávez a quien también hallaron sin vida con heridas por arma blanca. Familiares y vecinos decidieron llamar a la policía. Una comisión del Eje Noroeste del Cicpc, inició las investigaciones y se encargó del levantamiento de los cuerpos.
Noreima Salazar dijo que su tío se encargó de la crianza de su prima desde que ella tenía 3 meses de nacida. Vivían en la planta baja, mientras que arriba vivían ella, su hijo y un hermano. Pese a que compartían las áreas de la casa, cada quien era independiente en su espacio.
Kriskelly Chávez estudiaba idiomas en una academia del centro de Caracas y tenía planes de comenzar estudios de psicología en una universidad privada. Recientemente estuvo trabajando en el C.C Caracas vendiendo perfumes pero se retiró y ahora negociaba fragancias originales de manera independiente.
La joven tuvo una relación de pareja con un joven que la ayudó a realizar algunas reparaciones en la casa pero cuando se separaron él se marchó. En diciembre pasado, el 31, la muchacha llevó a la casa a un sujeto que presentó como un amigo y de nombre “Miguelángel”, quien ahora es el principal sospechoso de este doble asesinato.
El sujeto frecuentaba la casa como un supuesto amigo de la mujer y se ofreció a cuidarla cuando a inicios de año la operaron de un quiste en un ovario. Algunas personas le habían recomendado a Kriskelly que tuviera cuidado con él porque presuntamente había tenido una pareja a la que mantuvo encerrada en el sótano de una vivienda.
La prima de la víctima dijo que siempre le pareció un hombre extraño. Dijo que trabajaba haciendo “de todo un poco” y que vivía en El Silencio, en el centro de Caracas pero hubo quienes llegaron a verlo por la zona de Alta Vista, en Catia.
Los deudos creen que Julio y su hija fueron atacados entre la noche del lunes y la mañana del martes. Se llevaron algunas cosas de la casa, entre ellas tarjetas de débito que utilizaron para sacar dinero en efectivo de sus cuentas.
Noraima Salazar dijo que ese martes no vio a sus familiares en casa y se extrañó. Ella lavó una ropa y fue hasta la habitación de su prima para pedirle que retirara la que tenía en las cuerdas del tendedero para ella guindar la suya, pero la joven nunca le atendió.
Cuando le envió un mensaje de texto a su celular, quien respondió haciéndose pasar por Kriskelly le dijo que estaba en Santa Teresa del Tuy con su padre para llevarlo al médico, cosa que a su prima le extrañó porque su tío difícilmente salía de casa.
Luego llamó al número y contestó una mujer pero le dijo que no la escuchaba porque tenía mala cobertura en su teléfono, que mejor le escribiera. Le aseguró por mensajes de texto que el miércoles estaría de regreso, pero esa misma noche le envió otro mensaje diciéndole que se quedaría unos días más.
En los días posteriores supieron que la misma persona le escribió a la madre de Kriskelly haciéndose pasar por ella. Le dijo que había olvidado las claves de sus tarjetas de débito y que las requería con urgencia. Así, el delincuente logró sacar dinero de las cuentas.
Este fin de semana, los vecinos se alarmaron por el olor putrefacto y hablaron con Noraima para que revisara. Ella dijo que siempre pensó que se trataba de un gato o una rata muerta. En la casa, la joven tenía un perro que insistentemente ladraba desde ese lunes.
También le escribió para decirle a Kriskelly que había dejado a la mascota pasando hambre, pero quien tenía su teléfono celular le respondió: “No se va a morir de hambre porque ahí hay bastante comida”, contó.
El autor del doble homicidio permanece en fuga, en tanto que sus familiares esperan que se haga justicia. “En este país no se hace nada. Presidente, abra los ojos, el país se está cayendo a pedazos. Nos matan a nuestros hijos. Esto no es Colombia, esto es Venezuela”, expresó.
Abaleada mujer
En la calle Las Flores del sector Guaicaipuro I de Los Magallanes de Catia fue ultimada este sábado, Corely Rosángela Machado, de 24 años de edad. La mujer estaba en la calle con un grupo de personas esperando un taxi, cuando llegaron delincuentes disparando y fue herida de un balazo en la espalda.
La joven había sido sometida recientemente a una operación de laparatomía exploratoria. Al parecer los disparos iban dirigidos a otra de las personas que la acompañaban pero ella fue impactada al quedar en la línea de fuego. Fue llevada al hospital de Los Magallanes de Catia, donde murió.
AA