Hoy debemos lamentar muchas muertes que se pudieron evitar con un buen diálogo y aplicando el sentido dado por el Santo Padre a la justicia y a la libertad
En el año 55 A.C., Marco Tulio Cicerón expresó muy claro y contundente, refriéndose a Roma: «El presupuesto debe equilibrase, el tesoro debe ser reaprovisionado, la deuda pública debe ser disminuida, la arrogancia de los funcionarios públicos debe ser moderada y controlada y la ayuda a otros países debe eliminarse, para que Roma no vaya a la Banca Rota. La gente debe aprender nuevamente a trabajar en lugar de vivir a costa del Estado».
Sus palabras explican la necesidad de ordenar al Estado para que este pueda funcionar y permitir que sus ciudadanos crezcan junto a su patria, una patria que además de tener reservas económicas, como la tenemos en Venezuela, se pueda gozar de una justicia digna y confiable para emprender una mejor labor ciudadana.
Si nosotros en Venezuela aplicáramos en el proceso de estabilización lo dicho por Cicerón y a esto le sumáramos un pensamiento muy claro del Santo Padre Juan Pablo II, que dice: «Sin justicia, no puede haber libertad», nuestro país volvería a unirse y rompería las barreras de la prepotencia de los que hoy la gobiernan.
Es verdad que el difunto cuando ejercía la Presidencia utilizaba el «yo» solo para habar de dinerito que tenía en el colchón, pero nunca hablaba en forma personal dejando la arrogancia y hablaba del trabajo en equipo, un equipo bien controlado y bien dirigido en busca de los intereses de su revolución, en cambio el que hoy ejerce la herencia de Miraflores jamás habla en forma de tener un equipo que lo acompañe y siempre lo escuchamos decir cosas como estas: «Yo ordene…» «Yo mande…» «Yo voy hacer….», etc., y todo lo que del gobierno sale pareciera que se tratara de un decreto imperial o por lo menos busca, también, imitar a Pedro Carmona Estanga, en donde él iba a anular todas las instituciones del nuestra nación.
Hoy debemos lamentar muchas muertes que se pudieron evitar con un buen diálogo y aplicando el sentido dado por el Santo Padre a la justicia y a la libertad. El gobierno y quien hoy ejerce la Presidencia de la República deben pensar que la nación no es de un solo color y de solo pensamiento, hemos visto declaraciones bien descolocadas de la realidad por parte de los dirigentes del PSUV, hablando de un país que no existe y mucho menos la sinceridad del que hace el anuncio o da la declaración. Por ejemplo, vimos a un Jorge Rodríguez, alcalde de Municipio Libertador, denunciando a CNN por haberle dedicado el 30% de su programación a Venezuela relatando los sucesos del país, pero jamás informó a los venezolanos sobre el uso abusivo de la cadenas presidenciales y la falta de información objetiva de lo que reamente acontecía en esos momentos en Venezuela dentro de las televisoras y
medios de comunicación del Estado. Aquí vemos claramente lo que dijo Cicerón sin tomar en cuenta lo dicho por Juan Pablo II y eso nos hace pensar en la necesidad de encontrar ideas y ponerlas a desarrollar en beneficio del pueblo venezolano, eso sí «Los funcionarios públicos deben ser moderados y controlados» y comenzar a pensar aquello que
«Sin justicia no puede haber libertad».
Hoy elevamos nuestras oraciones por todos aquellos que han sido privados de su vida por una bala asesina y cruel, pedimos a Nuestro Señor de los Cielos que no hayan más muertes. Que la Santísima Virgen María nos cobije bajo su manto y nos lleve a la cordura y la verdadera paz a nuestro pueblo. Amen
Salomón Benshimol R. e-mail: sbenshimol@yahoo.com