El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, aseguró hoy que su país quiere normalizar las relaciones con Venezuela, pero no va a «quedarse quieto mientras se le culpa de cosas que nunca ha hecho», en alusión a las acusaciones del Gobierno de Nicolás Maduro sobre su supuesto papel en las protestas del país.
En una entrevista con la cadena televisiva MSNBC, Kerry reaccionó al anuncio de este martes del Gobierno de Venezuela de que designará a Maximilian Sánchez Arveláiz como su nuevo embajador en Estados Unidos, con el fin de fortalecer una relación marcada por numerosos desencuentros en el último año.
«Estamos preparados para tener un cambio en esta relación», dijo Kerry. «La tensión entre nuestros países -agregó- ha durado demasiado, en nuestra opinión».
«Pero no vamos a quedarnos quietos mientras se nos culpa de cosas que nunca hemos hecho, o mientras nuestros diplomáticos son declarados persona non grata y expulsados del país por cosas que no han hecho», advirtió Kerry.
El Departamento de Estado anunció el martes la expulsión de tres diplomáticos venezolanos en Washington, en respuesta a la misma medida tomada la semana pasada por Venezuela contra tres funcionarios estadounidenses en Caracas, acusados por el Gobierno de Maduro de instigar las protestas que vive el país caribeño.
«Estamos dispuestos a tener un diálogo y nos gustaría avanzar en la relación, así que esperemos que Venezuela comience a lidiar con sus propios problemas internos y posicionarse para que podamos relacionarnos de forma considerada», señaló Kerry.
El jefe de la diplomacia estadounidense recordó que en julio de 2013, durante un encuentro en Antigua (Guatemala), el canciller venezolano Elías Jaua y él acordaron reiniciar el diálogo bilateral con el fin de nombrar embajadores lo antes posible, y poco después mantuvieron una conversación telefónica con el mismo fin.
«En las dos conversaciones, nosotros enfatizamos que estamos dispuestos a mejorar la relación, que nos gustaría ver un cambio», agregó Kerry.
Ese intento de acercamiento se vio frustrado el mismo mes de julio pasado, cuando el Gobierno de Maduro dio por suspendido el diálogo debido a unas declaraciones de la embajadora estadounidense ante la ONU, Samantha Power, sobre la supuesta «represión a la sociedad civil» en Venezuela.
Venezuela y Estados Unidos retiraron a sus embajadores en 2010 y desde entonces ambas misiones diplomáticas han ido perdiendo representación debido a las crecientes tensiones bilaterales.
Venezuela está sumida en una ola de protestas contra el Gobierno de Maduro desde el 12 de febrero pasado, cuando una manifestación pacífica en Caracas degeneró en actos de violencia, hechos por los que Caracas a acusado a Washington de instigarlos.
Según cifras oficiales en las protestas han muerto 13 personas, los medios ya hablan de 15 fallecidos, y más de 150 resultaron heridas, mientras que decenas fueron detenidas. EFE