A diferencia de los hogares de ingresos medios y altos, que tienen acceso a supermercados y cuentan con mayores existencias, los hogares más pobres de los sectores populares no tienen acceso, sino a inventarios que no exceden las 2 semanas
Ángel García Banchs
A juzgar por los problemas de distribución de alimentos de las últimas semanas, debe ser cuestión de muy poco tiempo para que los sectores populares salgan a protestar; lo anterior, a pesar del régimen y los colectivos del terror que, de la mano de la escasez, han conducido a Venezuela al caos y la anarquía (al Leviatán).
Los colectivos del terror han sido razón fundamental por la cual las preferencias políticas de los sectores populares no han podido expresarse fielmente en las urnas electorales, al imposibilitar la presencia de testigos opositores (increíblemente, a pesar del sistema electoral fraudulento, aún existe gente que cree que el régimen tiene un apoyo mayoritario – lógico, toda una red de cómplices existe para hacerlo creer: desde el CNE hasta el Plan República, los sectores colaboracionistas de la oposición y algunas encuestadoras que por dinero esconden la realidad). Pero, más importante aún, los colectivos del terror son hoy la razón por la cual los sectores populares no han podido salir a protestar a favor de la libertad, los principios, los valores, y el cambio político en general, al no poder siquiera ponerse a cacelorear (si lo hacen, ha quedado demostrado en video hace unos días, les caen a tiros – los colectivos son, por tanto, un medio de control político y social).
Pero, cuando se intenta deshumanizar al ser humano, y en particular cuando se desborda la escasez, los colectivos no son suficiente fuerza para contener al oprimido, que tendrá que salir en defensa de la libertad, dada su necesidad de supervivencia.
A diferencia de los hogares de ingresos medios y altos, que tienen acceso a supermercados y cuentan con mayores existencias, los hogares más pobres de los sectores populares no tienen acceso, sino a inventarios que no exceden las 2 semanas entre lo que se encuentra en casa y en los abastos vecinos. De allí que, debido a la restricción actual que enfrenta la distribución, podamos afirmar que es cuestión de poco tiempo para que los sectores populares se sumen a la protesta. En palabras llanas, el hambre podrá más que los colectivos del terror, que ya no podrán contener la expresión popular.
Y ya a este punto, el régimen no podrá reducir la escasez, ni por la vía de la oferta, ni de la demanda. Por la vía de la oferta, porque en las actuales condiciones políticas, jurídicas y cambiarias, le será imposible ingeniar o inducir un aumento de la producción, las importaciones o la liberación de inventarios en el corto plazo. Y, por la vía de la demanda, simplemente, porque la protesta imposibilita ejecutar una devaluación del tamaño suficiente (100% o más) como para reducir en el corto plazo el consumo al mínimo necesario para contener la escasez.
Así, finalmente, como imponer la libreta de racionamiento exigiría una violencia descomunal (intolerable o mayor a la que podamos imaginar), les adelanto: los totalitarios serán vencidos; lo que viene es la recuperación de la República y la institucionalidad.
@garciabanchs