Para proteger el éxito de la protesta, para cuidarla, extenderla y profundizarla, para no permitir que se “enfríe”, se agote o desgaste, es fundamental revisar el “cómo”, el “dónde”, el “con quién” y el “porqué” de la protesta misma…
El sacrificio de casi una veintena de venezolanos, en su mayoría muchachos y muchachas, casi adolescentes, permitió que el resto del pueblo -incluyendo por supuesto a los simpatizantes del difunto Presidente Chávez- viera la hipocresía de un gobierno que denuncia la represión contra el Caracazo de hace 25 años, pero justifica los atropellos y crímenes de la actual represión.
Logros de una
protesta exitosa
La movilización estudiantil y ciudadana logró que el Gobierno que decía que aquí no existía carestía sino “especulación”, que aquí no había escasez sino “acaparamiento”, que la inflación era “inducida” y que todo eso obedecía a una “guerra económica” orquestada y dirigida por “Fedecamaras, Consecomercio y Venancham”, ahora reciba con alfombra roja en Miraflores al presidente de Fedecamaras y le permita decirle, allí, en su casa, en su cara, en cadena nacional de radio y TV, que “este país está marchando mal”. Gracias al clima político creado por la protesta estudiantil y ciudadana, el principal grupo empresarial privado del país, Empresas Polar -que había anunciado a finales de Enero que la continuidad de su actividad productiva estaba en peligro porque el gobierno lo asfixiaba al no cancelar los 463 millones de dólares que CADIVI le adeudaba- va a Miraflores, plantea crear una Comisión de la Verdad en materia económica, el gobierno acepta la propuesta de inmediato y en el seno de esa Comisión de la Verdad el Presidente de Polar, Lorenzo Mendoza, plantea no el pago de la deuda que el gobierno tiene con su grupo, sino una agenda de 12 puntos para resolver la crisis económica nacional, poner al país a producir, acabar con la escasez y bajar la inflación, al tiempo que se mejoran los mecanismos de asistencia económica y alimentaria a los sectores más pobres de la población.
Sí. El éxito de la protesta estudiantil y ciudadana que estremece a Venezuela desde que arrancó febrero de 2014 es un hecho. Los estudiantes que en la calle protestaron, y las numerosas comunidades que han desafiado y resistido una brutal represión por el “delito” de brindar apoyo a los estudiantes en lucha, lograron poner a hablar de “diálogo” al gobierno que apenas ayer ofrecía “mano dura” a sus adversarios, amenazando además con que “no habrá arrepentimientos”. Al costo de casi 20 muertos, mil presos, medio millar de heridos y decenas de torturados, el mundo volteó por fin hacia Venezuela y vio no la “propaganda” de una supuesta revolución, sino la realidad de un gobierno incapaz, corrupto y violador de los derechos humanos.
Coraje y razonamiento
Ahora, cuando acaba febrero, la presunta que debemos hacernos es: ¿Cómo cuidamos el éxito de la protesta? ¿Cómo la extendemos, la ampliamos, la profundizamos? ¿Cómo impedimos que se estanque, se aísle, se desgaste? ¿Qué debemos hacer para que el sacrificio de los caídos no se pierda? ¿Cuáles son los pasos que deben darse en el tiempo que viene para lograr la derrota del proyecto autoritario e iniciar la construcción entre todos de un país que de verdad sea de todos?
La respuesta a esas preguntas tiene que venir del coraje, y también del razonamiento. Lo hemos dicho antes, lo repetimos ahora: “Desenlace” no es “salida”. “Desenlace” es “algo que pasa”. Muchos de lo que dicen desear un “desenlace” quieren que además sea “rápido”. Aunque no pueden definir exactamente en qué consistiría ese desenlace”, algunos balbucean cosas acerca de que “los militares tendrán que hacer algo”, como si no estuviéramos aquí precisamente por lo que el militarismo ha hecho y deshecho en este país en las últimas décadas, pasando por encima de la Constitución, tanto la antigua como la actual. Otros especulan con una presunta “bajada de los barrios”, y hasta reclaman a los habitantes de los sectores populares su supuesta falta de solidaridad con la protesta estudiantil, sin tomar en cuenta que los sectores medios de la sociedad podrán contar con los barrios… sólo cuando los barrios puedan también contar con los sectores medios, no antes.
De la “guarimba”
al mayoritario
país popular
La palabra misma “guarimba” lo que significa es “refugio”. Más que “estrategia de lucha”, la “guarimba” es en realidad un movimiento defensivo basado además en un supuesto que ya no está vigente, aquella idea de que se puede protestar frente a la casa de uno, refugiándose en el interior de ella cuando la represión se acerque. Esa idea ignora la brutal represión que se ejerce en la actualidad contra familias completas que en sus casas y apartamentos han dado apoyo a estudiantes en lucha (a veces, sus propios hijos), o simplemente han expresado su malestar haciendo sonar sus cacerolas. En síntesis, el refugio ya no protege, la “guarimba” ya no es “guarimba”, sino un evento que convierte a toda una comunidad en blanco fijo de la represión, una actividad que en lugar de conectar a los que protestan con el resto de la población lo que logra es aislar, a veces hasta de sus propios vecinos, a quienes con valentía asumen el peso y el riesgo de la protesta.
Es claro entonces que para proteger el éxito de la protesta, para cuidarla, extenderla y profundizarla, para no permitir que se “enfríe”, se agote o desgaste, es fundamental revisar el “cómo”, el “dónde”, el “con quién” y el “porqué” de la protesta misma. En relación al “cómo” es evidente que LA PROTESTA NO PUEDE SER VIOLENTA. La violencia aleja al pueblo de las calles, y convierte a pequeños grupos (vanguardias, fuerza pública, infiltrados, paramilitares) en actores de un proceso que en realidad debe ser protagonizado por la ciudadanía; el “dónde” se lucha también debe ser revisado: No tiene sentido convertir en ghettos de protesta las urbanizaciones de clase media, sobre todo cuando en La Isabelica, Caricuao o Los Tronconales, para solo poner tres ejemplos de zonas populares en Valencia, Caracas o Barcelona, ya bulle el descontento; el “con quién” se protesta está claro: se debe protestar CON el pueblo, con las mayorías empobrecidas, y eso implica ajustar también el “porqué” se protesta: La consigna “Maduro vete ya” quizá no logre sumar muchos adeptos en sectores populares donde este gobierno lo que genera es profunda indiferencia, pero si sintonizamos la protesta con las razones del malestar que si está presente en los barrios (la escasez, la carestía, el desempleo, la inseguridad), habremos conectado la protesta estudiantil con la lucha popular, desencadenando así el movimiento social que hará irreversible el cambio que Venezuela quiere y necesita, un cambio de verdad en democracia y libertad.
Si se olvida que la actual crisis política está montada sobre una terrible crisis económica, cuando se presenten los efectos más graves del colapso económico el gobierno no pagará ningún costo político. Eso es lo que Maduro quiere. Por eso incrementa la represión mientras habla de “paz”. Su juego esta descubierto. Hagamos ahora lo que hay que hacer: ¡Vencer, junto al pueblo, con el pueblo, luchando por las razones que nos hermanan! ¡Palante!
Radar de los Barrios
Jesús Chuo Torrealba
Twitter: @chuotorrealba