La aspiración de muchos que se encuentran en condición de pobreza es surgir, progresar, capacitarse, ser mejores seres humanos, sin embargo, olvida el ministro Rodríguez que las naciones tienen la obligación de erradicar la pobreza sin limitaciones, eso es lo condenable, que condicione la ayuda
Noel Álvarez*
Twitter: @alvareznv
La declaración del ministro Héctor Rodríguez es más que reveladora. Abro comillas: «no es que vamos a sacar a la gente de la pobreza para llevarlas a la clase media y que pretendan ser escuálidos», cierro comillas. Es decir, politiza el tema, por un lado, descalifica a la clase media, por otro, puede interpretarse como que todo el que es clase media es escuálido, término que emplean los oficialistas en forma peyorativa para estigmatizar a un amplio sector de la población, a los que los adversan, piensan distinto e insisten en desconocer. Entendemos que el mensaje está dirigido a los “pobres” porque habla de pobreza, lo insólito es la advertencia, no te sacaremos de la pobreza para que saltes talanquera, te conviertas en escuálido. Una suerte de no te vistas que no vas, porque pobres siempre serás.
La aspiración de muchos que se encuentran en condición de pobreza es surgir, progresar, capacitarse, ser mejores seres humanos, sin embargo, olvida el ministro Rodríguez que las naciones tienen la obligación de erradicar la pobreza sin limitaciones, eso es lo condenable, que condicione la ayuda. Estas declaraciones las ofreció el ministro cuando intervino en el taller de alto nivel, como parte del lanzamiento de la Campaña para Erradicar la Pobreza Extrema. En qué cabeza cabe, como decimos coloquialmente, pensar que desear ascender socialmente se traduzca en convertirse en escuálido. La pobreza es un gravísimo problema a nivel mundial, en Venezuela, aunque no manejo las cifras reales, considero que la extrema se ha ido erradicando y lo que más desearía es que se ubique en nivel cero, lo cual no es una entelequia, el país recibe ingentes recursos que administrados con eficiencia, en forma honesta , transparente, permiten acabar con el hambre y la pobreza, eso sí, para ello se requiere preparación, buena gerencia y un manejo eficiente de políticas públicas, como que no ha ocurrido.
Lamentamos que en la actualidad hayamos llegado a lo que todos pensábamos no alcanzaríamos, la implementación del racionamiento de alimentos, tal y como se ha anunciado en los establecimientos de PDVAL, donde las clases más desposeídas adquieren alimentos subsidiados. Ahora, además de tener que hacer horas de colas, no comprar libremente los artículos, solo podrán hacerlo una vez a la semana. No hay ninguna justificación para que esto ocurra, es absolutamente indignante que por mala administración de los recursos, por acabar con la producción nacional, por corrupción sean los pobres los que reciban el castigo. Definitivamente este gobierno, hay que decirlo, a punta de manipulación hace ver a los más desposeídos que si no están con ellos no podrán tener ni un plato de comida.
*Coordinador Nacional de “Gente” Generación Independiente