La oposición encabezada por Henrique Capriles, busca mostrar nuevamente su músculo este sábado en una concentración, que se anticipa multitudinaria y con «cacerolazos», contra la escasez de alimentos y productos en Venezuela, uno de los reclamos en un mes protestas que dejaron 20 muertos.
«Vamos a una gran movilización nacional contra la escasez (…) que afecta a todos los venezolanos», escribió en su cuenta de Twitter Capriles, gobernador de Miranda.
La movilización en Caracas y otras ciudades es convocada por la Mesa de la Unidad Democrática por el Día Internacional de la Mujer bajo el lema «Protesta de las ollas vacías» y se anticipa un desfile de amas de casa golpeando cacerolas.
Del lado oficialista, Maduro anunció en Twitter que el sábado será una «gran jornada nacional con las mujeres», pero sin detallar movilizaciones simultáneas a la opositora.
La protesta tendrá como trasfondo las acusaciones de Capriles contra Maduro de estar llamando a una «confrontación pueblo contra pueblo», luego de que el mandatario en un discurso llamara a sus militantes a «hacer valer el orden (…) Candelita que se prenda, candelita que apagamos con nuestro pueblo».
Conectar con sectores populares
«Capriles era muy reacio a la movilización porque sabes cómo empieza pero no cómo termina, pero es el único camino que tienes, se ha reproducido en todo país, y él así lo entendió», comentó a la AFP Mercedes Pulido de Briceño, analista política y catedrática de la Universidad Católica.
Para la analista, la marcha de los «cacerolazos» puede ser una oportunidad para que sectores populares, que mantienen «protestas silenciosas», se conecten con la oposición y salgan a manifestarse sin temer en su barrios represalias de los denominados «colectivos».
«La escasez y la inflación es uno de los aspectos sociales más críticos, con pocas expectativas de que se pueda resolver a corto plazo», agregó la analista.
En su gran concentración del 22 de febrero, Capriles subrayó la necesidad de involucrar a los barrios populares en la protesta para darle una verdadera fuerza.
Saverio Vivas, dirigente opositor de Catia, reconoció que hay protestas «con contenido social» en los barrios, pero son «contrarrestadas por la amenaza de los grupos armados».
El silencio atizado por el temor, según Vivas, se conjuga con las dificultades que experimenta la oposición para consolidarse en esos sectores.
«Es una cuestión de metodología. Si queremos llegar al barrio, debe hacerce a través de los líderes locales», sostiene.
AFP