BRASILIA. Millones de brasileños acudieron el domingo a las urnas para elegir alcaldes y concejales en los 5.565 municipios del país, en unos comicios considerados cruciales por la influencia que pueden tener en las elecciones generales de 2014.
Las mesas de votación cerraron a las 5 de la tarde (2000 GMT) después de permanecer abiertas durante nueve horas desde el norte amazónico hasta la pampa austral, con la única excepción del Distrito Federal, que no está dividido en municipios.
La presidenta Dilma Rousseff se trasladó el sábado a la ciudad sureña de Porto Alegre para votar la mañana del domingo antes de tomar un vuelo de regreso a Brasilia.
Acompañada del gobernador del estado de Rio Grande do Sul, Rousseff destacó el voto como un ejercicio de la democracia, pero mantuvo secreto sobre a cuál de los aspirantes a alcalde de Porto Alegre dio el voto.
«Mucha gente en Brasil nació en democracia pero hay una cantidad de brasileños que aún se acuerda de lo que es no tener derecho al voto», dijo a periodistas después de sufragar. Rousseff en su juventud integró una guerrilla que combatió a la dictadura militar que gobernó Brasil de 1964 a 1985, por lo cual estuvo presa durante dos años y sufrió torturas.
«Yo quería decir que hoy es un momento muy especial para Brasil, reiteramos que este país es una democracia estable, con reglas y respeto a los derechos de las personas, especialmente con esa inmensa fiesta que es escoger a quién va a dirigir su propia ciudad», acotó Rousseff.
La elección del domingo tenía como principal foco de atención la ciudad de Sao Paulo, la más grande y opulenta del país, donde una encuesta en boca de urna proyectó un empate técnico entre el ex gobernador José Serra del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), con 30%, y el ex ministro de Educación Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT), con 29%, con lo cual deberán dirimir al ganador en una segunda ronda.
AP