El lunes, Estados Unidos y la Unión Europea impusieron sanciones contra un grupo de funcionarios rusos
MOSCU. El presidente ruso, Vladimir Putin, desafiando las protestas ucranianas y las sanciones occidentales, firmó el martes un tratado que convierte a Crimea en parte de Rusia, pero dijo que no planea tomar ninguna otra región de Ucrania.
En un discurso fuertemente patriótico a una sesión conjunta del Parlamento ruso en el Kremlin, interrumpido por ovaciones de pie y lágrimas, Putin criticó a Occidente como hipócrita.
Países occidentales firmaron la independencia de Kosovo de Serbia, pero ahora le niegan a los crimeos el mismo derecho, dijo.
Y dijo que los nuevos líderes de Ucrania, en el poder desde la destitución del presidente pro-ruso Viktor Yanukovich el mes pasado, incluían a «neonazis, rusofóbicos y antisemitas».
Putin remarcó que el polémico referendo de Crimea del domingo, celebrado bajo ocupación militar rusa, había mostrado abrumadoramente la voluntad del pueblo de volver a unirse a Rusia después de formar parte de la república ucraniana durante 60 años.
Putin y los líderes de Crimea firmaron un tratado para convertir a Crimea en parte de Rusia. Durante su discurso, el presidente fue interrumpido por aplausos al menos 30 veces.
Además agradeció a China por su apoyo, aunque Pekín se abstuvo de votar una resolución de la ONU sobre Crimea, que Moscú debió vetar por sus medios, y dijo que estaba seguro de que los alemanes apoyarían la búsqueda de reunificación del pueblo ruso, como Rusia había apoyado la reunificación alemana en 1990.
Putin buscó asegurar a los ucranianos que Rusia no quiere una mayor división de su país. Los temores de que Moscú pudiera avanzar sobre partes del este de Ucrania donde se habla ruso se habían incrementado en Kiev.
Fijando la postura de Moscú de los eventos que llevaron a la destitución de Yanukovich en un levantamiento popular el mes pasado, Putin dijo que las «llamadas autoridades» en Kiev habían robado el poder en un golpe de Estado y que abrieron la puerta a extremistas que no se detendrían ante nada.
La ocupación de Crimea por parte de Moscú, denunciada por Occidente como ilegal, ha provocado la mayor crisis entre Este y Occidente desde el fin de la Guerra Fría.
Antes del discurso de Putin, el primer ministro interino de Ucrania, Arseniy Yatseniuk, buscó responderle a Moscú en dos áreas de preocupación, al decir en un discurso televisado en ruso que Kiev no buscaba unirse a la OTAN y que actuará para desarmar a las milicias nacionalistas ucranianas.
El lunes, Estados Unidos y la Unión Europea impusieron sanciones contra un grupo de funcionarios rusos y ucranianos acusados de estar involucrados en la toma militar por parte de Moscú de la península del Mar Negro, la mayoría de cuyos 2 millones de residentes son étnicamente rusos.
Políticos rusos rechazaron las sanciones como insignificantes y una medalla de honor. La Duma Estatal, o Cámara baja, adoptó un comunicado instando a Washington y Bruselas a extender la prohibición de visa y congelamiento de activos a todos sus miembros.
/Agencias