El seleccionador César Farías deberá hilar fino para armar una alineación que repita el buen desempeño frente a Paraguay
Se viene el partido contra Ecuador -el 16 en Puerto La Cruz-, otro tope de importancia capital en la aspiración venezolana de estar por primera vez en la máxima competencia del fútbol mundial. Otra «final» si recordamos que los meridionales son uno de los rivales directos. Y la situación está lejos de lo ideal, porque pocas veces los contratiempos presentan la posibilidad de jugar sin tantos hombres importantes.
Las suspensiones de Oswaldo Vizcarrondo, Luis Manuel Seijas y César «Maestrico» González dejan una brecha enorme. Porque no solo se trata de tres que han destacado en la formación del bloque fundamental de la Vinotinto, sino de los más destacados en el partido más reciente. Ese triunfo sobre Paraguay, que para no pocos -entre ellos quien escribe- presentó el mejor desempeño de la selección en la era Farías.
En especial por la fluidez con que se manejó la pelota.
A esas ausencias, notables, se agrega la de Tomás Rincón, referente del equipo en los últimos tiempos. Y la baja de Andrés Túñez, por lesión. Tampoco estará Gabriel Cichero, y José Manuel Velázquez -como Rincón- no pudo recuperarse a tiempo y el seleccionador se vio obligado a llamar otros jugadores: Pablo Camacho, Robert Quijada y Carlos Salazar son defensas, los primeros laterales (derecho e izquierdo) y el tercero formó con Velázquez la pareja de centrales del combinado que jugó el mundial Sub-20 de Egipto, donde también estuvo Camacho.
Las ausencias convierten la preparación en un rompecabezas para Farías y su cuerpo técnico. Eso sí, la fecha libre en el primer día de eliminatorias abre la posibilidad de una semana continua de trabajo, iniciado ayer, cuando los convocados debían llegar a Puerto La Cruz. Hay los elementos, pero no es mucho el tiempo para lograr lo fundamental: el colectivo.
Repetir a Rosales en la izquierda o reponerlo en la derecha, con las opciones de Alexander González, Rolf Feltscher, Camacho o Quijada.
En el centro, Grenddy Perozo podría formar pareja con Amorebieta. Y aunque Franklin Lucena y el encendido Juan Arango lucen números puestos en la contención y la creación, queda el galimatías de completar la siempre vital línea media y su enganche con la delantera, donde lo único que se da por seguro es la presencia de Salomón Rondón. Determinar, además, las piezas de mejor disposición pensando en el conjunto y en el rival, que no juega como Paraguay, posee jugadores de otro estilo, en su mayoría.
Queda un aspecto sustantivo: en qué condiciones llegan los jugadores luego de sus compromisos de clubes el fin de semana. A partir de esa evaluación los trabajos técnico-tácticos irán diciendo qué idea tiene Farías en relación al juego del 16. Que Venezuela necesita ganar, por el rival directo, por jugar en casa…y porque la eliminatoria está muy cerrada.
Ya está corriendo otra semana decisiva.
Armando Naranjo
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