«Tenemos esperanzas, pero debemos reconocer que es una situación muy dura», declaró el presidente Barack Obama desde Holanda, donde participa de una cumbre sobre seguridad nuclear
OSO. El balance de muertos producto del gigantesco alud en el estado de Washington se mantenía en 14 el martes pero las autoridades preveían que subiera, dado que 176 personas siguen desaparecidas, en momentos en que la guardia nacional se sumó a las tareas de rescate.
«Tenemos esperanzas, pero debemos reconocer que es una situación muy dura», declaró el presidente Barack Obama desde Holanda, donde participa de una cumbre sobre seguridad nuclear.
El lunes, dos días después del deslizamiento de tierra en el pueblo de Oso, 95 km al noroeste de Seattle, las muertes confirmadas subieron de 8 a 14.
«Prevemos que el balance de fallecidos aumente con el correr de los días», dijo el jefe de bomberos del condado, Travis Hots, en rueda de prensa el martes.
Las autoridades dieron cuenta de 176 desaparecidos a la fecha, pero hicieron énfasis en que podía haber algún doble conteo o personas que no se habían puesto en contacto con sus familiares aún, pero que estaban a salvo.
Tres días después de la tragedia, las autoridades afirman que todavía es posible encontrar sobrevivientes.
Obama declaró el estado de emergencia en el estado de Washington el lunes, lo que permite asignar recursos federales para las tareas de rescate.
Este martes, se sumaron 60 miembros de la guardia nacional y hasta 100 voluntarios a las tareas, informaron las autoridades.
«Esta va a ser un trabajo de muy largo aliento. Va a ser algo que nos lleve semanas», dijo el jefe de bomberos Hots, quien prometió encontrar a cada una de las víctimas.
En la región, las lluvias han sido particularmente copiosas en las últimas semanas y los pronósticos anuncian más precipitaciones para los próximos días.
AFP