La Licenciada Adriana Urquiola si llego con signos vitales a la emergencia del Hospital Victorino Santaella (HVS) cuando fue trasladada desde los nuevos Teques.
Según testimonios de médicos, enfermeras y personal que labora en el centro de salud, Urquiola llegó viva al centro de salud pero en muy grave estado ya que la bala con la que fue impactada tenía puerta de entrada mas no de salida.
“La pantalla donde se monitorean los signos vitales de los pacientes, el electrocardiograma que registra la actividad eléctrica del corazón, nada de estas maquinas servia, duramos mas de 30 minutos tratando de reanimarla, era casi imposible poder entubarla porque botaba demasiada sangre”, declaro uno de los cirujanos.
Los yelcos que sirven para administrar líquidos al organismo por medio de una vía intravenosa por ser de mala calidad, no servian para agarrar vías y se desarmaban.
Urqueola cayó en choque hipovolémico, a menudo llamado shock hemorrágico, que es un síndrome complejo que se desarrolla cuando el volumen sanguíneo circulante baja a tal punto que el corazón se vuelve incapaz de bombear suficiente sangre al cuerpo, por todo lo que se le había suministrado a la paciente su frecuencia cardíaca llego hasta 87, los médicos hicieron lo imposible por reanimarla.
El HVS no sirve
La realidad del Hospital Victorino Santaella (HVS) empezó a pasar factura, en el centro médico mas importante de la capital mirandina no se cumple el derecho a la vida que esta garantizado en el articulo 83 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Alex S. Fuenmayor C. @alexsfuenmayorc