Edgar Zambrano, Jefe de la Fracción Parlamentaria de Acción Democrática en la Asamblea Nacional, planteó nuevamente al Presidente de la República acciones que materialicen el diálogo nacional al solicitar por cuadragésima primera vez una audiencia formal para tratar el tema de los prisioneros, exiliados diputados principales y suplentes del legislativo sometidos a persecución judicial, así como gobernadores, exgobernadores, alcaldes y exalcaldes, sumando los acontecimientos que se viven en el país desde el pasado mes de febrero.
Zambrano agradeció la nueva iniciativa del Estado del Vaticano para el diálogo en Venezuela, recordando que la Conferencia Episcopal Venezolana se ha ofrecido, a través de sus pastores, para mediar en esa mesa.
En la misiva consignada en el Palacio de Miraflores este lunes, Zambrano hace especial énfasis en la segunda carta escrita el año 2013 por la hija del Comisario Iván Simonovis, Ivana, en la cual planteó el deteriorado estado de salud de su padre y la necesidad de acceder a su tratamiento médico en compañía de su familia. Recordó el parlamentario por el estado Lara que el Comisario espera por una medida humanitaria contemplada en las leyes del país.
“Imposible bajo ningún concepto, no conmoverse ante el ruego de un hijo que deslinda con su pasión y entrega cualquier capítulo de carácter legal para dedicarse a narrar su dolor abonado al deseo de reencontrarse con su padre enfermo como lo manifiesta la joven Ivana”, comenta en el documento el también Vicepresidente de AD.
En este sentido, recomienda al gobierno “corregir, fundamentado en la prerrogativa constitucional, las incidencias de nuevos escenarios, histórico que en política superior permite la anulación del efecto negativo evitando la sobrevivencia de elementos nocivos en la ejecución de nuevas políticas en el carácter estratégico del diseño público”, explicando que las protestas en el país son la réplica constitucional para elevar la voz en contra de “las deficiencias acaecidas en las políticas públicas implementadas por el gobierno”.
“39 muertos, 2027 detenidos, 1122 procesados con medidas cautelares, de los cuales 1715 son estudiantes, 87 de los cuales permanecen privados de libertad y 559 heridos, este parte no es ni constituye la mejor expresión de gestión exitosa. Grafican estos hechos ejemplos negativos para el patrimonio de un gobierno en plena contradicción con la ética de la función pública y ese ejemplo como patrimonio moral”, plantea Zambrano quien asegura que existe una crisis en el país donde no hay racionalidad.
Y es justamente esa necesidad de racionalidad a la que apela el diputado por el estado Lara, al citar la expresión de la joven Ivana Simonovis:
“Señores del Estado Venezolano:
Esta es la segunda vez que les escribo. No me da pena insistirles. El dolor puede más que la pena. Les juro que ya no puedo más. Ya me cansé de llorar. Estoy agotada. Quiero pedirles de nuevo un poco de clemencia. Ya mi papá, Iván Simonovis, y todos nosotros, su familia, hemos sufrido demasiado. Sufrir cansa. Llorar cansa. Extrañar al padre de uno cansa. Siento que soy demasiado joven para estar tan cansada. Me parece injusto que la política me arruine la vida. Todos los días me asomo con susto en el espejo, porque siento que tengo canas en mi cabello. No las veo, pero las siento. Y tengo 15 años. Es muy rara esta sensación.
Ya mi sonrisa no es la que sale en las fotos de los álbumes de la familia. Mi sonrisa se quiebra a cada rato, como una galleta. Porque así están los huesos de mi papá. Se han vuelto una galleta por tanto encierro, por tanto no moverse, por tanta sombra. Por favor, les pido, devuélvanle el sol. Devuélvanle un poquito de vida. Ya bastante ha pagado lo que Uds. consideraron que debía pagar. Su salud esta tan deteriorada que tengo miedo -mucho miedo- de que mi papá termine paralítico, en una silla de ruedas. Y más así. Solo. Sin su gente, sin los únicos brazos que lo pueden abrazar.
Mi papá no está nada bien. Su columna está demasiado frágil. Se puede romper sola, sin que nadie la toque. Sus huesos, dice el médico, tienen la edad de un anciano. Sus huesos ya pagaron el doble del tiempo de su condena. Su ánimo también. Y su familia. Sea justa o no su prisión, creo que ya todo es demasiado. Ya todo se ha vuelto inhumano, cruel, excesivo. Señores del Estado Venezolano, una medida humanitaria como la que les pido sería un gesto noble, necesario, hermoso. Un gesto importante en estos tiempos tan duros. Estoy tan agotada del odio de parte y parte. Creo que muchos estamos así. Un gesto de nobleza no les va a hacer perder nada de lo que tienen y, en cambio, los hará más humanos. Quiero volver a tener 15 años y un padre a quién abrazar.
No tengo más argumentos. Solo un exceso de dolor.
Gracias
Ivana Simonovis”