Residentes del edificio Monte Ararat acusaron ante el Seniat y el Sundecop a José Arias, dueño del inmueble, por presunta “evasión de impuestos y especulación en el arrendamiento”
“A través de 40 años hemos pagado estacionamiento y estamos cansados, tenemos una proposición clara al dueño: queremos comprar el inmueble”, así lo aseguró Luís García, presidente de la Junta de Condominio del Edificio Monte Ararat, ubicado en La California Norte, en la avenida Francisco de Miranda del municipio Sucre, a su vez que denunció que todos los años aumentan las tarifas dos y tres veces.
Se basan en la figura de la preferencia arrendataria, dispuesto en el Artículo 78 de la Ley de Arrendamientos, el cuál estipula que luego de un cierto tiempo bajo un contrato de alquiler, el inquilino tiene la prioridad sobre la compra del inmueble.
Emilio Rafael Gonzáles, asesor jurídico de los inquilinos, presentó la mañana de ayer una denuncia a José Arias, dueño de la empresa encargada de la administración del estacionamiento ante la Superintendencia Nacional Aduanera y Tributaria (Seniat) y la Superintendencia de Costos y Precios Justos (Sundecop) por el cobro de tarifas arbitrarias y por evasión de impuesto.
Malos servicios, mal uso
Varios de los puestos de estacionamiento se han remodelado para usarlos de depósitos de materiales y talleres de carpintería y latonería, según denuncias de los vecinos.
“El cambio de uso de un local no es legal”, explicó Gonzáles, “en la ordenanza municipal de industria y comercio determina el uso y la zonificación de un inmueble en un área determinada. Si hay un local que funge de estacionamiento, no puede haber en él un taller mecánico”.
“La semana pasada una señora se cayó en una cloaca abierta”, expuso García, a su vez que afirmó que la zona baja de los estacionamiento se inunda y que hay una rotura en la tubería de aguas negras que se filtra y empoza en el mismo.
Cueva de ladrones
“Aquí dentro del estacionamiento han habido robos, hurtos, atracos, desvalijamientos”, expuso Luís Pérez, residente del edificio, “a mí me han sacado un equipo de sonido del carro que ahora me debe costar, mínimo, seis mil bolos”.
Explicó que no hay vigilancia en las instalaciones, y que en lo que va de año se han robado diez vehículos en el lugar. “Ha habido secuestros, han sacado y se lo llevaron. Hemos puesto un sin número de denuncias en el Cicpc de El Llanito”.
Según denuncian, los antisociales usarían el lugar para “enfriar” los carros: esconder vehículos recién robados por un tiempo prudencial para luego revenderlos sin la amenaza de los cuerpos de seguridad del Estado.
Luís Guillermo Valera