La contaminación ambiental es el agregado que tienen las protestas que se han escenificado en los últimos días en los alrededores de Altamira y Chacao, luego de la «tregua» y la militarización de la Plaza Francia, que nuevamente sirven como catalizador para que adversarios del Gobierno expresen descontento.
Las «guarimbas» han dejado daños al pavimento y exposición de humo tóxico al ambiente, a lo que se suma la presencia del gas lacrimógeno vertido por organismos de seguridad, en un intento por controlar las protestas callejeras.