«Mucho es el camino que debe recorrer el cronista para llevar a cabo la misión que tiene, para hacer una historia donde resalte el papel de los invisibilizados», afirma la investigadora del municipio Plaza
El Cronista ha sido considerado a lo largo del tiempo la persona encargada de escribir o contar crónicas; de relatar sucesos, hechos o acontecimientos de carácter histórico. Ese concepto tiene sus antecedentes en la documentación colonial de los viajeros europeos como Humboldt y Bompland quienes se encargaron de registrar el paisaje y la geografía del llamado “Nuevo Mundo”, afirma la cronista de la ciudad de Guarenas, Noraya Pérez Díaz.
Posteriormente fueron apareciendo otros cronistas, que del producto de sus registros los ayuntamientos y cabildos comprendieron el valor del trabajo que ejercían para aquel momento. De allí que se tomen en cuenta estos antecedentes para que la municipalidad de Caracas escogiera a Enrique Bernardo Núñez como el primer “Cronista Oficial de la Ciudad” un 15 de enero de 1945.
A partir de este momento muchos otros municipios siguieron el ejemplo de nombrar al Cronista Oficial, pero adquiere carácter legal cuando en 1968 la Ley de Reforma Parcial de la Ley Orgánica de Régimen Municipal, sancionó dentro de la jurisprudencia venezolana la obligatoriedad de cada municipio de designar al cronista respectivo.
Es con la Ley del Poder Público Municipal donde finalmente queda establecido que el municipio podrá crear mediante ordenanza la figura del cronista, especificando que en aquellos municipios donde no exista tal figura podrá ser designada de acuerdo a los requisitos establecidos en una ordenanza respectiva.
De modo que con todo este preámbulo se quiere determinar que el cronista es y será la persona encargada de recopilar y documentar la historia del municipio, por lo tanto se convierte en un órgano auxiliar del Concejo Municipal, y como tal debe ser tomado en cuenta en el desarrollo de planes y proyectos relacionados al desarrollo de la ciudad.
Historia de Guarenas
con sus anécdotas
A su juicio la historia de Guarenas por mucho tiempo estuvo suscrita a lo que los guareneros conocían y podían contar de ella según los recuerdos, a la transcripción de anécdotas o pequeñas historias sin llegar a menospreciar o descalificar el valor que ellas tienen, en lo absoluto.
El cronista debe ser un investigador y para ello se debe conocer y contar con las herramientas para saber abordar y enfrentar cada una de las diferentes fuentes de investigación. No se trata de remitirnos al pasado para tejer o describir un acontecimiento, sino de reconstruir la historia, incluso aquella que conocen muchos personajes que hacen vida en el municipio.
Mucho es el camino que debe recorrer el cronista del presente para llevar a cabo la misión que tiene, de hacer una historia desde los dominados, donde resalte el papel de los invisibilizados de nuestra historia.
Actualmente toca a una persona joven desempeñar la función de Cronista Municipal, considerado en pocos casos como un factor negativo para el ejercicio del trabajo. Este elemento justamente constituye el motor que impulsa, entusiasma y obliga a redimensionar nuestra función, la cual debe estar vinculada con las comunidades que permanentemente requieren de su historia .
En otras palabras, el conocimiento histórico debe ser aprehendido por la comunidad para darle significado y cohesión.
Jairo Garzón Romero
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