A través los acuerdos entre el sector productivo privado y el sector público, se desarrollan elementos positivos que permitirán generar acuerdos para beneficiar al pueblo y lograr la sostenibilidad de las empresas en Venezuela
Miguel Pérez Abad
Sin diálogo político es difícil que alcancemos los objetivos productivos económicos del país. De allí la importancia de fortalecer la integración entre este sector y el gobierno nacional, que forman parte de la ecuación para la transformación socioproductiva.
Hemos asumido una responsabilidad compartida entre el sector privado nacional y el gobierno para la búsqueda de soluciones. La convocatoria propuesta por el Presidente ha sido aceptada por toda la comunidad empresarial, con el fin de ir recuperando progresivamente los niveles de producción nacional.
Y esta visión coincide con la más reciente encuesta publicada por Hinterlaces que indica que la economía junto a la inseguridad, en la actualidad son las preocupaciones más latentes para los ciudadanos. “Son los problemas económicos los que más debilitan a los gobiernos como el desabastecimiento y el costo de la vida y esto tiene un impacto directo en la valoración de la gestión del Gobierno Nacional”.
Los datos arrojaron que “60% de la población cree que el diálogo es más importante con los empresarios, mientras que 34% piensa que se debe privilegiar el encuentro con la oposición. Para 53% de los venezolanos el problema más grave del país actualmente es el económico”, cita la encuesta de Hinterlaces.
Por lo tanto, es menester que los sectores productivos nacionalistas, progresistas y patriotas asumamos nuestra participación. El presidente de la encuestadora, Oscar Schémel, señaló un resultado que debe llamarnos a la reflexión a todos los venezolanos: “83% rechaza los hechos violentos de cualquier bando político”.
A través los acuerdos entre el sector productivo privado y el sector público, se desarrollan elementos positivos que permitirán generar acuerdos para beneficiar al pueblo y lograr la sostenibilidad de las empresas en Venezuela.
Se prevén acuerdos para construir una nueva manera de hacer industria con el fin de acelerar los procesos para facilitar las importaciones de insumos y materia prima para las industrias venezolanas.
Sin embargo, debemos internalizar que la paz implica una transacción, intercambio, perdón de las partes, respetando el dolor de cada uno de los sectores que han sido víctimas del conflicto actual. La paz tiene sus costos, no es gratis. Pero visualizando la paz como un una transacción económica, los beneficios o ganancias, son superiores -con creces- a sus costos.
Desde Fedeindustria, deseamos que el inicio del diálogo activado el pasado jueves 10 de abril, entre partidos de oposición y el Gobierno Bolivariano, sea un punto de partida que ofrezca -en el mediano y largo plazo- resultados tangibles que se traduzcan en paz y prosperidad económica para Venezuela.