El nuevo plan aprobado ayer por el Ejecutivo deja también abierta la puerta a la posibilidad de construir nuevos reactores
El Gobierno de Japón aprobó este viernes formalmente un plan básico de energía en virtud del cual seguirá utilizando la fisión atómica para generar electricidad, lo que anula los planes del anterior Ejecutivo, que tras del accidente de Fukushima apostó por eliminar las nucleares para 2030.
La decisión se preveía cuando el gobernante y pronuclear Partido Liberal Demócrata (PLD) se hizo con el poder en diciembre de 2012.
Sin embargo, el Ejecutivo del primer ministro Shinzo Abe ha tardado mucho más de lo pronosticado inicialmente en aprobar la medida debido a que muchos de los parlamentarios del PLD consideraron que el tono de los primeros borradores de este plan era demasiado pronuclear.
Por ello, tras varias revisiones el Gobierno ha decidido definir la energía nuclear como «una fuente importante», que es barata en lo que se refiere a costes operativos y que puede generar electricidad continuamente de manera estable.
En este sentido, el ministro dijo que es importante antes de que se empiecen a activar las centrales nucleares que tanto las operadoras como el Gobierno expliquen a la gente que la energía atómica es fiable y segura.
El nuevo plan aprobado ayer por el Ejecutivo deja también abierta la puerta a la posibilidad de construir nuevos reactores en función de si el suministro (Japón tiene una dependencia energética del exterior del 90 por ciento) es lo suficientemente estable o no.
El Gabinete de Abe no ha incluido en el programa porcentajes específicos con respecto al «mix» energético del país a corto plazo porque considera difícil prever cuántos reactores podrán superar los nuevos estándares de seguridad -endurecidos tras Fukushima- para ser reactivados y qué volumen de renovables habrá disponible.
Por último, el marco revisado también confirma la necesidad de continuar trabajando en los proyectos que buscan reprocesar en Japón combustible nuclear gastado para que se reutilice con usos civiles y que hasta ahora no han tenido el éxito esperado.
Agencias