Memphis ya había dado un aviso en el primer partido. Y con un trabajo colectivo basado en excelente defensa, igualó la serie con Oklahoma ganando 111-105 en tiempo extra. Mientras tanto los Clippers, sorprendidos por los Warriors en el juego inicial, se desquitaron con una paliza por 40 puntos, con un Blake Griffin colosal, anotador de 35 puntos.
Ya se había adelantado que, a pesar de su séptimo lugar, rasguñado el último día luego de pasar un buen tiempo fuera de la clasificación, los Grizzlies serían un rival muy difícil. En primer lugar, porque su defensa de conjunto -liderada por un Tony Allen que ya ganó la distinción de la NBA en una temporada- es de las mejores de la liga, y les permitió sobrevivir en medio de lesiones de piezas importantes.
Lo pusieron de manifiesto una vez más. Porque, es también importante destacarlo, la actitud del equipo es altamente positiva. Tanto como para superar otra actuación espectacular de Kevin Durant, quien marcó 36 puntos incluyendo un triple “milagroso” que mandó al alargue, casi saliéndose de la cancha para evitar el acoso de Allen.
Memphis lanzó para 49, 48 y 88% y dejó a Oklahoma en 39-30-88. Dominó con largueza la pintura, 56 puntos por 36 a pesar de la fuerza del rival en ese sector, y además tuvo dos figuras en el perímetro, Conley y Udrih, lo que le dio un equilibrio que complicó el trabajo defensivo. Al final tuvo 5 con doble dígito anotador, con Zach Randolph en 25 puntos, Conley con 19 (12 asistencias) y Uldrih con 14. Ninguno duplicó en rebotes, pero 6 bajaron 6 ó más. Durant (36-11), Ibaka (15-11) y Westbrook (29-7-8) destacaron por los Thunder, que se van a la carretera 1-1 y con preocupaciones más allá de la pérdida de la ventaja como locales.
Griffin imparable
Para los Clippers fue muy duro el revés inicial, en el cual tuvo mucho que ver la defección de sus ases Griffin y Paul, complicados muy temprano con las faltas. Asumieron la lección, entraron agresivos, muy concentrados, y ya al ir al descanso practicamente habían liquidado el trámite, 67-41.
Esta vez Griffin fue un huracán indetenible para los de Golden State. Marcó 35 puntos en 30 minutos (13 conversiones en 17 intentos) para retirarse temprano a descansar y encabezar a 7 con doble dígito anotador, los bases Paul y Collins con 12 y 10 asistencias.
El marcador, 138-98, y la diferencia de 40 puntos son topes para los angelinos en series de postemporada. Stephen Curry marcó 24 (con 8 asistencias) para unos Warriors que se van a casa con el consuelo del 1-1 en la serie y en busca de argumentos para controlar al crecido adversario. AN