El acto solemne arrancó poco después del mediodía con la entrada a la catedral del presidente Santos
Con una lluviosa ceremonia en la Catedral de Bogotá, Colombia despedía este martes a su premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, fallecido el jueves en México, país donde ya recibió el homenaje de los presidentes Enrique Peña Nieto y Juan Manuel Santos, amigos y miles de lectores.
Bajo la fuerte lluvia que caía sobre el centro de Bogotá, el acto solemne arrancó poco después del mediodía con la entrada a la catedral del presidente Santos, acompañado por su esposa María Clemencia y dos de sus hijos, mientras sonaba la música de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia.
Inmediatamente después, el arzobispo de Bogotá, Rubén Salazar, dirigió unas oraciones y, en adelante, además de las palabras de Santos, el protagonismo del acto recayó en la música que tanto disfrutó en vida el único Nobel colombiano.
Los músicos de la Orquesta, que llevaban mariposas amarillas prendidas en sus sobrios trajes negros, así como en sus atriles, interpretaron como pieza central el Réquiem de Wolfgang Amadeus Mozart y continuarán con piezas corales.
El cierre será musicalizado con algunas de las piezas de vallenato preferidas del escritor: las mismas que fueron tocadas en su honor cuando ganó el Nobel de Literatura, en 1982.
El ministerio de Cultura de Colombia le dará así a la ceremonia el “ánimo de fiesta” que García Márquez describió en un cuento nunca terminado, en el que vislumbró su muerte y un cortejo fúnebre con tintes de parranda.
El pasillo de acceso a la catedral fue adornado con rosas amarillas, a modo de guiño para el autor, que las consideraba de buena suerte y parte del rito indispensable para sentarse a escribir cada mañana. Arreglos florales de ese mismo color adornan el altar principal.
Ministros y algunos expresidentes colombianos, como Belisario Betancur (1982-1986), asistían al acto fúnebre, al que también tuvieron acceso algunas de los cientos de ciudadanos que hicieron fila a las afueras del templo desde la mañana.
“Vine porque soy una persona que reconoce lo que hizo por Colombia”, dijo a la AFP Fernando Rodríguez, un contador de 55 años que aguardaba a las puertas de la catedral.
El acto es el primero de una serie de reconocimientos que se le harán en su país natal para honrar al “más admirado y querido” de los colombianos, como le llamó Santos a García Márquez el 17 de abril, día de su fallecimiento a los 87 años.
Después de esta ceremonia solemne, el miércoles, Día internacional del libro, se realizará en Colombia una lectura masiva de “El coronel no tiene quién le escriba” en más de mil bibliotecas públicas, escuelas y parques.
Durante la Feria del Libro de Bogotá, que arrancará la próxima semana, también se rendirá un homenaje al fallecido escritor con la exposición de algunas obras de su biblioteca que había donado al gobierno colombiano, con el objetivo de que sus compatriotas conozcan qué le gustaba leer al Nobel.
– Colombiano fuera de su país –
A este homenaje no asisten ni la viuda del escritor, Mercedes Barcha, ni sus dos hijos, Rodrigo y Gonzalo, pero las autoridades informaron de la presencia de algunos familiares más lejanos de García Márquez que habitan en la costa caribe colombiana, principalmente en las ciudades de Cartagena y Barranquilla (norte).
AFP