La crisis en Ucrania, que ahora entra en su cuarto mes, ha llevado las relaciones de Rusia con Occidente a su nivel más bajo desde la Guerra Fría
El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, acusó a Estados Unidos de estar detrás de la agitación política en Ucrania y dijo que Moscú respondería si sus intereses son atacados.
Las declaraciones de Lavrov se producen un día después de que el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, estuvo en la capital Kiev con promesas de apoyo al Gobierno prooccidental, y advirtiera a Rusia de no interferir en Ucrania.
La crisis en Ucrania, que ahora entra en su cuarto mes, ha llevado las relaciones de Rusia con Occidente a su nivel más bajo desde la Guerra Fría. En el este, los separatistas prorrusos se han hecho con el control de una decena de edificios públicos y están desafiando la autoridad de Kiev.
Otra escalada podría generar sanciones económicas perjudiciales, y eleva el riesgo de una interrupción de los suministros de gas ruso de los que depende Europa.
La OTAN dice que Rusia ha concentrado una fuerza de unos 40.000 soldados en su frontera con Ucrania.
Moscú afirma que algunos están destinados allí de forma permanente, mientras que otros han sido desplegados como precaución para proteger a Rusia de la inestabilidad en Ucrania.
En Moscú, Lavrov dijo que Rusia respondería si sus intereses, o los intereses de ciudadanos rusos, eran atacados.
«Un ataque contra ciudadanos rusos es un ataque contra la Federación Rusa», dijo según extractos de una entrevista con el canal de noticias Russia Today.
«No hay motivos para no creer que los estadounidenses están dirigiendo el espectáculo», le citó el canal, en referencia a los acontecimientos en Kiev.
Washington dijo que la insinuación era «absurda», mientras que el vicesecretario general de la OTAN, Alexander Vershbow, dijo que Rusia debe frenar la situación y evitar «retórica inflamatoria y distorsiones de la situación en Ucrania».
Rusia justificó su intervención en Crimea este año diciendo que tenía que defender a los rusos que viven allí. En el este de Ucrania hay habitantes con pasaportes rusos.
Ucrania instó a Moscú a retirar sus tropas de la frontera, diciendo que temía que los separatistas prorrusos usaran su proximidad para provocar una invasión.
La cancillería rusa, en un comunicado separado, acusó a Estados Unidos y el Gobierno interino de Kiev de una «interpretación distorsionada» de un acuerdo internacional, firmado en Ginebra la semana pasada, bajo el cual los grupos armados ilegales en Ucrania deben desarmarse y entregar los edificios ocupados.
Rusia dijo que eso no solo se aplica a los separatistas en el este, sino también a los grupos en Kiev cuyas protestas ayudaron a llevar al nuevo gobierno al poder.
El Gobierno relanzó el miércoles una operación de seguridad para reprimir a los grupos armados prorrusos tras una pausa de Pascua y dijo que cuenta con el respaldo de Estados Unidos.
No estaba claro qué pasos podría adoptar Kiev para restaurar su autoridad en el este mayormente rusoparlante sin desbaratar el acuerdo de Ginebra.
«Las fuerzas de seguridad están trabajando en la liquidación de grupos armados ilegales» en el este de Ucrania, dijo a los periodistas el primer viceprimer ministro, Vitaly Yarema.
«Las actividades correspondientes serán realizadas en el futuro próximo y ustedes verán los resultados», anticipó.
Agencias