Las medidas que anunció el presidente Nicolás Maduro sirven para la recuperación de la economía pero necesita hacer más para salir de la crisis, estimó este jueves en Lima el director para América Latina del Fondo Monetario Internacional (FMI), Alejandro Werner.
Los anuncios hechos el miércoles por el presidente Maduro en Caracas «sirven para la recuperación de la economía venezolana, pero hay que hacer más», dijo Werner durante una conferencia de prensa en la que presentó el informe del FMI Perspectivas de las Américas.
El funcionario del FMI enfatizó que esas medidas están encaminadas «a hacer frente a las presiones que sufre el mercado cambiario», que está bajo control estatal desde 20003.
Werner evitó abundar sobre pasos concretos que debería dar el gobierno venezolano para hacer frente a la inflación y al desabastecimiento, dos problemas que repercuten directamente en la población.
«En Venezuela, el FMI subraya la necesidad de llevar a cabo ajustes fundamentales de política económica para evitar el riesgo de dinámicas desordenadas», destaca uno de los párrafos del informe del FMI divulgado en Lima, que es una versión ampliada del documento presentado a inicios de abril en Washington por la institución financiera.
Las perspectivas para el 2014 no son alentadoras para Venezuela, según el FMI, que proyecta una contracción de 0,5% en el Producto Interno Bruto (PIB) para 2014 en comparación al +1,0% de 2013.
La proyección resulta también negativa para el 2015: el FMI prevé una caída del PIB de 1,0% en la economía venezolana.
El informe refiere asimismo a la dependencia de algunos países de la economía venezolana. «La deuda de estos países con Venezuela es tan alta como el 15% del PIB (Haití) o 20% del PIB (Nicaragua)», indica el FMI.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, prometió el miércoles el pronto pago de parte de la multimillonaria deuda estatal con importadores y agilizar los trámites burocráticos para compras externas.
El país con las mayores reservas petroleras del mundo enfrenta una inflación de 57% anual y la desaceleración del crecimiento, además de inseguridad y desabastecimiento, una sumatoria que ha disparado sangrientas protestas en los últimos meses con saldo de 41 muertos.
AFP