Ramón Flores *
La Rotunda fue la cárcel más famosa de Venezuela a principios del siglo XX, agarrando mayor fuerza en la época del dictador Juan Vicente Gómez; esta famosa cárcel caraqueña estuvo ubicada en lo que hoy llamamos la plaza la concordia; irónicamente este fue el nombre seleccionado por el general en jefe Eleazar López Contreras, quien fue presidente de Venezuela una vez fallecido el dictador Gómez el 17 de diciembre del año 1936, y el motivo de colocarle este nombre a esta plaza construida luego de la demolición de la famosa cárcel fue para dar una demostración de entendimiento de esa época tan confusa de la historia.
Allí estuvieron detenidos grandes adversarios a la dictadura de Gómez, como Román Delgado Chalbaud padre del coronel Carlos Delgado Chalbaud, quien fue presidente de Venezuela y el único magnicidio ocurrido en nuestro país. Asimismo, estuvo preso en esta cárcel el mayor orador y dirigente político Jóvito Villalba, entre otros.
Hoy casi 80 años después, la cárcel de Ramo Verde, guardando las distancias se asemeja al símbolo de aquel tiempo; allí se encuentra “secuestrado” el máximo líder del partido Voluntad Popular y de una inmensa mayoría de los venezolanos Leopoldo López, por dar la cara e invitar a sus compatriotas a ir a la calle a protestar cívicamente por sus derechos para todas las personas por la grave crisis política, social, económica y moral que vivimos hoy los venezolanos, amén de las 250.000 muertes víctimas del hampa, un gobierno inepto que no ha podido controlar la mortandad, lejos de esto, la promueve con colectivos, milicias y violaciones a la constitución. Recientemente, luego del 12 de febrero hay 42 fallecidos, más de 2000 libertades restringidas, torturados, heridos y desaparecidos, que gran desastre social, económico y moral.
También se encuentran detenidos en la rotunda de la actualidad los valientes alcaldes Daniel Ceballos de Voluntad Popular, Enzo Scarano y Simonovis. Asimismo, Vivas y Forero han pasado por allí quienes fueron arbitrariamente involucrados en los hechos del 11 de abril, y este servidor en el año 1999, por denunciar a unos militares en defensa de unos mineros que estaban siendo extorsionados.
Parece mentira que en pleno siglo XXI aún en nuestro país existan símbolos de represión a la disidencia política contra un gobierno que ha demostrado a todas luces su ineficacia y la poca voluntad de resolver los problemas que agobian a Venezuela, por el contrario, el protestar pacíficamente se ha convertido para este régimen en uno de los peores delitos, no obstante, el hampa común actúa a sus anchas e impunemente sin temor alguno de ser castigado, afectando a toda la población sin importar su ideología política o condición social.
Vamos a crecernos ante las adversidades, con voluntad podemos darle un mejor rumbo a nuestra querida Venezuela.
* Presidente del Comité DDHH de la FIA