Un estudio llevado a cabo por expertos de la Universidad de Stanford y la Universidad de Santa Clara, en Estados Unidos, constató que somos mucho más creativos cuando damos un paseo que estando sentados.
Los investigadores comprobaron que al menos un 81% de las personas que participaron en el estudio experimentaron un aumento en su creatividad cuando caminaron sobre una cinta andadora.
Y uno de los factores que creen contribuyó a esta mayor creatividad es que cuando caminamos nos volvemos más habladores y asociamos mejor las ideas.
Respuesta creativa
«Todas las verdaderas buenas ideas se concibieron caminando», dijo el filósofo Friedrich Nietzsche.
Los investigadores que realizaron este trabajo decidieron averiguar cuánto de cierto hay en esta afirmación.
El estudio, que fue publicado en el Journal of Experimental Psychology, consistió en pedir a unos 40 voluntarios que dieran usos alternativos a objetos comunes, como por ejemplo unas pinzas de depilar, un botón o el ojo de una muñeca.
Marily Oppezzo, la profesora de psicología de la Universidad Santa Clara que lideró el estudio, definió como «respuesta creativa» a todas aquellas que fueran tanto apropiadas como originales.
Resultados
En un primer experimento, los participantes completaron una prueba de creatividad de cuatro minutos tanto sentados como caminando en una cinta andadora.
Y los resultados demostraron que aquellos que hicieron la prueba caminando no sólo hablaban más sino que aportaron más ideas y demostraron una mayor creatividad.
De tres pruebas que se realizaron con voluntarios tanto sentados como caminando, se comprobó que un 81%, 88% y 100% fue más creativo dando un paseo.
Hablamos más
«El aumento en el habla que se da al caminar podría haber contribuido», dice Oppezzo en el estudio, quien añade que la actividad de caminar también podría haber «incrementado la facilidad con la que se activan memorias asociadas, por ejemplo, relajando la competencia inhibidora entre memorias y permitiendo a ideas con menores niveles de activación salir a la superficie».
Para comprobar que estos resultados no se debieron a las características particulares de los voluntarios que participaron en el experimento, se pidió a algunos de ellos que realizaran la prueba dos veces sentados. Pero la creatividad no mejoró la segunda vez.
Filtrado de pensamientos
Otra prueba consistió en evaluar si caminar mejoró la potencia del cerebro, permitiendo al individuo elaborar más pensamientos convergentes.
Para ello se dio a los voluntarios tres palabras y se les pidió que sugirieran una cuarta para que tuvieran sentido en una frase.
Pero en este caso el resultado fue negativo, es decir, aunque caminar mejoró la creatividad de los participantes no aumentó su capacidad de tener pensamientos convergentes.
También se constató que los efectos que caminar tiene sobre nuestra creatividad no terminan una vez dejamos de realizar esta actividad, sino que se mantienen en el tiempo.
Los investigadores tratan ahora de entender el vínculo entre caminar y tener una mayor creatividad, ya que todavía se desconoce qué efecto tiene el caminar sobre el filtrado de nuestros pensamientos.
Quizás lo recomendable sería que fueran a dar un paseo para ver si se les ocurre algo al respecto.