La revolución permanente socialista marxista y bolivariana,
es una declaración de guerra, por lo que la oposición democrática debe
ser tratada de beligerante
Cesáreo José Espinal Vásquez
e-mail: cjev@cantv.net
Es indudable y lamentable que Venezuela, nuestro país, está en guerra debido a dos sistemas antagónicos, el marxismo-comunismo y la democracia-social. El marxismo a partir de la Presidencia de Hugo Chávez asumida por votación popular dentro del sistema democrático establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, con legitimidad de origen pero violando la Carta Magna por sus ejecutorias y desempeño se distanció de la democracia.
Ha sido notorio, público, comunicacional y de ejecutorias del Jefe de Estado, del Gobierno y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, el establecimiento de la revolución socialista-marxista, con las denominaciones de “bolivariana”, de “socialismo del siglo XXI”, de muerte a la burguesía y a la oligarquía, desaparición de las clases sociales, de la propiedad privada, al control absoluto del Estado-Gobierno de la producción, mercadeo y los servicios; además, la coexistencia política con el régimen castrista y con países de gobiernos totalitarios de Líbia, Siria, Irak, Irán y otros; enemistad permanente con los Estado Unidos de Norteamérica, Colombia y España. Alianzas políticas con gobiernos sumisos mediante el dólar-petróleo y aunado a la desmedida propaganda del proceso en la ideología marxista y en lo medular del país, la inseguridad personal, jurídica y de inversiones privadas, las expropiaciones de terrenos, edificios, empresas y haciendas sin previa motivación legal, desabastecimiento, etc.; privaciones de libertad a ciudadanos “divergentes” al proceso revolucionario y justificaciones de hechos de dudosa justicia como el caso del Comisario de Policía Iván Simonovis y de otras muchas personas. La divergencia de la sociedad civil democrática ha sido constante contra el ejercicio del poder mediante la revolución permanente inspirada en Marx, Zamora y en Fidel Castro, por lo que la oposición debe ser tratada nacional e internacionalmente, de beligerantes.
El Presidente Chávez y continuado por el Presidente Maduro, el gobierno es “guerra sin cuartel, rodilla en tierra”.
Los marxistas no dejarán ser comunistas, salvo sus excepciones como Gorbachov, ni los demócratas divergentes y beligerantes se adoctrinarían marxistas, también salvo sus excepciones, por lo que debe pensarse más allá de los diálogos, en un tratado de humanidad en beneficio del país a objeto de suspender las hostilidades de esta nefasta guerra hasta la mitad del periodo constitucional del Presidente de la República, con miras al referendo, mediante la celebración de un armisticio para la paz.