El martes fue generalmente más tranquilo que los últimos días en gran parte del este y el sur de Ucrania, pero la violencia estalló en el puerto de Mariupol, en el este, a última hora de la tarde, según medios locales
Los rebeldes prorrusos y los defensores de una Ucrania unida enterraban a sus muertos mientras el país se dirige cada vez más hacia la guerra y ambas partes se acusan mutuamente de dividir la nación.
El martes fue generalmente más tranquilo que los últimos días en gran parte del este y el sur de Ucrania, pero la violencia estalló en el puerto de Mariupol, en el este, a última hora de la tarde, según medios locales.
La página web 0629.com.ua publicó fotos de neumáticos ardiendo fuera del edificio del ayuntamiento, que ya había sido ocupado por manifestantes prorrusos, y un denso humo se extendía por el centro de la ciudad. Algunas calles estaban atrincheradas con autobuses o muros de ruedas y la gente escuchó disparos cerca de una base militar local.
En Kramatorsk, una ciudad del este en manos separatistas que vio un avance de soldados ucranianos durante el fin de semana, el ataúd de la enfermera de 21 años Yulia Izotova era cargado por las calles aún repletas de barricadas de neumáticos y troncos de árboles. Claveles rojos marcaban el camino, reseñó la agencia Reuters.
En la Iglesia de la Santísima Trinidad, siete curas encabezaron las plegarias de familiares de la mujer que murió por disparos, que los lugareños creen que fueron ejecutados por soldados ucranianos.
«Nos dispararon. ¿Por qué? ¿Porque no queremos vivir con fascistas?», se preguntó el fotógrafo de pasaportes de 58 años Sergei Fominsky, que estaba con su mujer en la iglesia. «No somos esclavos. «No nos arrodillamos ante nadie», agregó.
En Odesa, un puerto multiétnico del mar Negro que solía ser pacífico, donde más de 40 personas murieron el viernes en el peor día de violencia desde que una revuelta en febrero destituyó al presidente ucraniano prorruso, varias personas llevaban en una camioneta el cajón abierto de Andrey Biryukov hasta la esquina donde fue tiroteado.
Biryukov, un activista proucraniano de 35 años, murió un día que empezó con cientos de simpatizantes prorrusos armados con hachas, cadenas y armas atacando una marcha ucraniana y que terminó en la noche con los prorrusos haciendo una barricada dentro de un edificio que fue incendiado y provocó la muerte de decenas de personas.
Unas 50 personas cubrieron el cuerpo con claveles y rosas. Una bandera ucraniana ondeaba y una canción patriótica sobre los héroes muertos se escuchaba en un equipo de audio.
El aumento de la violencia ha cambiado el tono de la diplomacia internacional, con incluso los prudentes estados europeos hablando de una posibilidad cada vez mayor de guerra en un país de unos 45 millones de habitantes y del tamaño de Francia.
«Las sangrientas imágenes de Odesa nos han demostrado que estamos a pocos pasos de una confrontación militar», dijo el ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, en entrevistas publicadas en periódicos europeos.
Ofensiva del gobierno
Los próximos días podrían ser decisivos: separatistas en la región oriental ucraniana de Donbass dicen que celebrarán un referéndum sobre la secesión el domingo 11 de mayo, similar al que precedió a la anexión de Crimea por parte de Rusia.
El Departamento de Estado de Estados Unidos denunció cualquier intento de votación como «falsa» y prometió más sanciones si Rusia la usaba, como en Crimea, para enviar sus tropas allí o anexionarse más territorio: «Esta es la jugada de Crimea de nuevo», dijo un portavoz.
El secretario de Estado, John Kerry, dijo que se reunirá con ministros en Europa la próxima semana para discutir los próximos pasos en Ucrania.
Dos días antes de la votación, el viernes 9 de mayo, es el Día de la Victoria, una celebración anual que conmemora la victoria de la Unión Soviética sobre la Alemania nazi.
Moscú ha comparado abiertamente al gobierno de Kiev con los nazis, y responsables ucranianos dicen que están preocupados porque ese día se puedan registrar actos violentos. En Moscú habrá un multitudinario desfile militar en la Plaza Roja, una tradición de la época soviética rescatada por el presidente Vladimir Putin.
Los últimos días las fuerzas del Gobierno continuaron con su ofensiva en el este, donde rebeldes separatistas han mantenido firme su control en la ciudad de Slaviansk y derribaron tres helicópteros militares ucranianos.
Agencias