Venezolanos que viven en diferentes estados del país viajarán esta semana a Washington con la intención de presionar al presidente Barack Obama y al Congreso para que apliquen sanciones al gobierno de la nación sudamericana por presuntas violaciones de los derechos humanos, dijeron miembros del grupo que organizó el viaje.
Al referirse a la caravana, el presidente Nicolás Maduro advirtió que cualquier sanción que se derive por acciones como la caravana tendría como primera consecuencia el cierre de los consulados y la embajada de Venezuela en Estados Unidos, y comentó que pidió abrir una investigación para castigar «algún día» a los que provoquen que se agreda al país.
«Hay un grupo de insensatos extremistas de derecha que están llamando a una caravana de venezolanos que viven en Estados Unidos (para ir) hacia Washington a pedir sanciones y bloqueos contra Venezuela», dijo el mandatario.
Acotó que «cualquier cosa que se tome en el campo de las sanciones es negativo, pero si las toman responderé con firmeza».
«¿Y quiénes van a ser los primeros perjudicados? Los venezolanos que viven en Estados Unidos», exclamó.
«Si nos tocara cerrar todos los consulados, si nos tocara cerrar la embajada para defender a Venezuela, ¿quiénes serían los perjudicados?, ah, los que viven en Estados Unidos», dijo el gobernante, sin dar detalles.
Ninguno de los dos países tiene embajador en el otro desde 2010.
Destacó que le pidió a la Fiscal General «que se abra una averiguación» por «la instigación a agredir a nuestra patria».
Maduro pidió a la Fiscalía «que se identifique a estos supuestos venezolanos que desde Estados Unidos llaman a agredir, a bloquear y sancionar a Venezuela, y se tomen todas las medidas del caso».
«El que vaya, venezolano, al exterior a instigar una agresión contra Venezuela, por lo menos en la justicia tiene que ser procesado y algún día pagará por eso «, añadió.
Freddy Moro, uno de los venezolano-estadounidenses que planearon el «Viaje por la libertad», refiriéndose a funcionarios del gobierno de Maduro, expresó «estamos pidiendo que se apliquen sanciones a los personeros del gobierno venezolano. Queremos ejercer presión para que el ejecutivo aplique sanciones».
«Vamos a exigir que los principios democráticos sean respetados en nuestro país de origen», resaltó.
El anuncio del viaje tuvo lugar el mismo día que los legisladores del condado de Miami Dade aprobaron una resolución en la que exhortan a Obama a que suspenda las deportaciones de venezolanos sin antecedentes penales que se encuentran en Estados Unidos sin autorización.
La normativa urge también al departamento de Seguridad Interna a otorgarles un estatus temporal de protección que les permita residir legalmente en este país, similar al que tienen inmigrantes de El Salvador, Haití, Honduras y Nicaragua.
Venezolanos de 19 estados se reunirán el viernes en la mañana en la capital nacional para protestar frente al Congreso, la Casa Blanca y la Organización de Estados Americanos.
Los organizadores dijeron que esperan entre 500 y 1.000 personas en las protestas.
Desde Florida, el estado que alberga la mayor comunidad de venezolanos en el exterior, saldrán el jueves por la mañana 112 personas en dos autobuses. En cuatro paradas que prevén realizar durante el viaje de unas 22 horas, se les unirán más autobuses y automóviles particulares, dijeron Moro y Ernesto Ackerman, otro de los organizadores.
El costo del viaje corre por cuenta de cada pasajero. El pasaje en autobús cuesta 90 dólares.
Otras personas viajarán en avión, y prevén también la presencia de algunos políticos de la oposición venezolana, entre ellos el diputado Pablo Medina.
«La intención es hacer ver la situación (de Venezuela), la violación a los derechos humanos, la no libertad de expresión, el encarcelamiento de líderes de la oposición», expresó Kennedy Bolívar, un abogado venezolano de 38 años que faltará dos días a su trabajo para hacer el viaje.
«Es promover e impulsar la propuesta del Senado y la Cámara de Representantes de sancionar a altos jerarcas venezolanos», dijo el ex líder estudiantil y sindical de Caracas, que en 2011 obtuvo asilo político en Estados Unidos. Dijo que salió de Venezuela en agosto del 2010 tras recibir numerosas amenazas de muerte en su país natal por denunciar la inexistencia de jueces imparciales y la violación de derechos laborales.
Tras las protestas en Washington, los venezolanos regresarán el mismo viernes a sus estados.
Comisiones de ambas cámaras del Congreso estadounidense celebrarán entre jueves y viernes audiencias sobre denuncias de presuntas violaciones a los derechos humanos aparentemente cometidas durante las protestas callejeras de Venezuela, que han dejado por lo menos 41 muertos.
Ackerman dijo que un grupo de 150 venezolanos ingresará al Congreso para presenciar la sesión el viernes, y se reunirá con varios legisladores para plantearle su pedido de sanciones.
Entre los congresistas que ya han confirmado su presencia en ese encuentro figuran los republicanos Mario Díaz Balart, Ileana Ros Lehtinen, y el demócrata Joe García, todos ellos de la Florida, indicó.
«Les estamos pidiendo a cada uno de los congresistas que nos den apoyo… En la Casa Blanca vamos a protestar porque el presidente Obama puede pedir ejecutivamente estas sanciones», expresó Ackerman.
AP