Según un estudio, realizado por investigadores de la Escuela de Salud Pública de Harvard, la fibra -que está presente en frutas, verduras, pan y cereales integrales- reduce el riesgo de sufrir infartos al corazón.
Esto se descubrió, tras examinar a más de 4 mil personas que han sobrevivido a un ataque al miocardio y que tenían más posibilidades de vivirlo de nuevo en los próximos nueve años.
Los participantes fueron divididos en cinco grupos según la cantidad de fibra que solían ingerir tras su ataque al corazón.
El primer grupo, el que consumió más fibra, tuvo una probabilidad un 25% más baja de morir por cualquier causa en los 9 años de seguimiento, que los que formaban el grupo que tomaba menos cantidad de fibra.
Además, de entre todos los tipos de fibras existentes, la fibra contenida en los cereales fue asociada a una mayor probabilidad de supervivencia a largo plazo tras un ataque al corazón.
El estudio, que ha sido publicado en la revista The British Medical Journal, explica que cada vez existen más personas que sobreviven a ataques al corazón, por lo que el estilo de vida a adoptar tras este episodio (como aumentar el consumo de fibra) será crucial para mejorar su calidad de vida a largo plazo y, por supuesto, que ésta también sea más longeva.