Las medidas del gobierno del presidente Nicolás Maduro para destrabar la crisis económica marchan en el camino correcto aunque «demasiado lentas», dijo este jueves en Washington el presidente de Fedecámaras, Jorge Roig.
Las medidas «van demasiado lentas», apuntó Roig tras participar en Washington de un foro sobre la economía venezolana.
Fedecámaras participa desde hace tres meses en conversaciones con el gobierno en busca de soluciones a la inflación y la escasez, principales catalizadores de las protestas populares iniciadas en febrero. «Se ha avanzado muchísimo», dijo Roig.
El gobierno ha dado facilidades para exportar, flexibilizó la aplicación de normas laborales, desistió de leyes polémicas, creó un nuevo tipo de cambio y liberó los precios de productos congelados, tras una década de controles cambiarios y de precios, resumió.
«Diría que es uno de los ajustes más severos que se están haciendo», sostuvo el líder empresarial.
La inflación en Venezuela roza el 60% anual y el déficit fiscal es de 15% del PIB.
Sin embargo, las conversaciones no han puesto en discusión el modelo estatista e importador, en un país con dificultades de producción en el que las empresas reclaman por el atraso en la liquidación de divisas por parte del gobierno.
«El tema de fondo pasa por que las empresas públicas no funcionan, que cesen las expropiaciones, que cesen las importaciones y más bien se incentive el sector privado y creo que esos temas no los hemos comenzado a abordar», resumió Roig.
Según Fedecámaras, unas 4.300 empresas industriales cerraron en la última década en Venezuela.
Para Roig, este año sin elecciones en Venezuela, era oportuno para aplicar impopulares ajustes, incluyendo un aumento de la gasolina, la más barata del mundo y un tabú para los venezolanos.
Pero debido a las protestas, alimentadas justamente por la situación económica y que han dejado 42 muertos, el «gobierno está muy precavido», dijo.
El diálogo con el gobierno, que acusa de manera regular a los empresarios de librar una «guerra económica» en su contra, ha sido «respetuoso», aunque «complicado», resumió Roig.
AFP