Parece ternura, pero en realidad es necesidad: los osos koalas se abrazan a los troncos de los árboles para refrescarse.
Al menos así lo asegura un estudio publicado en la revista especializada Biology Letters, que utilizó cámaras infrarrojas para descubrir que cuando hace mucho calor, los animales se mueven hacia las partes más frescas de los árboles.
Y además, pegan sus cuerpos a los troncos.
Investigadores de la Universidad de Melbourne, en Australia, habían notado que durante el invierno los koalas suelen permanecer en las copas de los árboles, cerca de las hojas de las que se alimentan.
Pero en los cálidos veranos, sin embargo, descienden a los troncos.
Al medir la temperatura de los troncos, observaron que en días de hasta 39ºC la parte más baja de los árboles estaba hasta siete grados más fría que el aire.
«Eso nos hizo preguntarnos si los koalas estaban usando los árboles como un disipador de calor», dijo Michael Kearney, uno de los autores del estudio.
Por eso decidieron utilizar una cámara térmica para fotografiar a los koalas en un día particularmente caluroso.
«Cuando tuvimos las imágenes, fue obvio lo que el koala estaba haciendo», explicó Kearney.
«Podíamos ver al oso sentado en la parte más fría del tronco», dijo el investigador.
Según Kearney, los grandes árboles tienen su propio microclima de protector, que probablemente será cada vez más importante para las criaturas que habitan en las ramas a medida que aumenten las temperaturas globales.
Justin Welbergen, otro investigador de la Universidad John Cook que usó cámaras infrarrojas para sus estudios ecológicos le dijo a la BBC que las imágenes muestran exactamente cómo los animales pueden sacar provecho de estos microclimas más frescos de los árboles.
«Esto los ayuda a maximizar sus posibilidades de sobrevivir durante eventos de calor extremo», dijo Welbergen.