Miguel Saravia, de 35 años, fue ultimado este martes dentro de su taller de reparación de motos en Sarria, a pocos metros de la avenida Andrés Bello, cuando discutió con un cliente por una reparación que no pudo terminar debido a la falta de un repuesto.
Larizza García, viuda de la víctima, contó que el crimen se originó este martes a las 5:30 de la tarde. Ella conversaba con su esposo por teléfono minutos antes. En ese momento le dijo que tenía un problema con unas personas que lo estaban amenazando porque no les terminaba de entregar la moto.
Saravia le dijo a su esposa que no conseguía un repuesto y que eso le había impedido culminar la reparación, pero los propietarios estaban molestos y estaba intentando calmar la situación.
Se presume que luego de trancar esa llamada, cuando volvió al encuentro con los dueños de la moto, uno de los sujetos loe efectuó los disparos.
El taller funciona en una vivienda de la calle Mérida y era Saravia lo tenía en sociedad con dos hermanos. Los delincuentes fueron dos sujetos que llegaron en una moto pero solo el parrillero se bajó para preguntar por la moto que tenían reparando.
La esposa de la víctima dijo que cuando habló por teléfono con su esposo ella regresaba de Guarenas. Minutos después le avisaron que lo habían asesinado.»No puedo creer que la vida valga tan poco. Un carro, una moto, comida. Si la situación del país está así que no se consiguen ni repuestos», expresó.
AA