**** Hay que salir del tuiter, de las redes sociales y de alguna
programación de TV para darse cuenta de un país que muchos ignoran.
**** Me quedo con el país donde Hugo llamó a Henrique y reinó el respeto,
la cortesía, la educación, la tolerancia, el reconocimiento del otro como
ganador o como perdedor
El proceso electoral esperado y ansiado por todos culminó con el resultado
de dar por reelecto al actual Presidente de la República Hugo Chávez Frías,
mostrando con claridad la imagen de un país dividido, casi con exactitud,
en dos mitades, entre una y otra tendencia. No me sorprendió el resultado.
Hay que salir del tuiter, de las redes sociales y de alguna programación
de TV para darse cuenta de un país que muchos ignoran. Un país, donde
muchas personas, durante años, estuvieron marginadas y que hoy en día, aún
y cuando continúan con sus problemas de siempre, se sienten parecidos e
identificados con su líder, a quien siguen con devoción. Esto no les quita
ni les pone.
Tampoco los hace más venezolanos, ni hace menos a quienes votaron por la
opción de Henrique Capriles.
Radicales quedarán al margen
Dentro de las cosas más relevantes y positivas que ocurrieron no sólo puedo
destacar el incremento de la participación del elector, sino sobre todo que
no hubo violencia, que no hubo conflictos y que el proceso culminó de
manera absolutamente democrática. Esto da aliento para seguir intentando la
reconciliación y la construcción de un país del medio donde todos podamos
convivir en el común de nuestras penurias y el común de nuestras
fortalezas, porque de ambas cosas tenemos.
No se hicieron esperar las respuestas radicales de uno y otro bando. El del
radical ganador amenazando al opositor calificado como majunche; y del lado
del perdedor calificando de marginales, ignorantes y pobretones a quienes
votaron por una opción distinta.
No preocupa que sea un grupo pequeño quienes piensen así, pues el sistema
social real se encargará de depurarlos y marginar a ambos grupos, somos más
los convencidos que desde la paz, el respeto y la reconciliación podemos
hacer un país menos violento y más próspero, sin necesidad de cambiar la
tendencia política que profese cada quien.
Muchos se ciegan en ver sólo lo negativo o lo distinto, pero si hiciéramos
un esfuerzo por ver aquello que nos ayude a crecer, o por lo menos a
criticar con aportes sería menos difícil la carga. En ocasiones he hablado
de la resiliencia como herramienta para sobreponerse a circunstancias que
nos son traumáticas, molestas o dolorosas.
No puedo comprender cómo alguien hace de un proceso electoral un drama
dantesco: Una especie de malcriadez ciudadana que parte de no reconocer a
otro como sujeto de derecho y con plena capacidad de elegir y decidir.
Asumir los resultados electorales pasa por un proceso importante y más
trascendente: saber que hay otros que piensan distinto que tú, pero que
viven y sufren el mismo país, son igual de venezolanos.
A construir un país
La construcción de una Venezuela distinta depende, en gran medida, de sus
ciudadanos. Somos nosotros quienes podemos exigir condiciones apegadas al
cumplimiento de los Derechos Humanos. No se trata de olvidar, obviar,
suprimir, o negar la existencia de duras realidades que no solo conocemos,
sino que padecemos. No es un sueño, mucho menos una utopía pensar que
podamos sentarnos a construir proyectos en conjunto o es que ¿acaso a unos
y otros no nos interesa que haya seguridad?, por ejemplo.
Construir un país del medio nos exige convertirnos en agentes de paz, en
personas que impulsemos la unión real de los venezolanos desde el respeto,
la tolerancia, el optimismo, la esperanza y la fuerza en la defensa de los
Derechos Humanos. No se trata de ceder ante el ganador, menos aún de
humillar al perdedor, sino de dar el ejemplo de ciudadanía y
responsabilidad que parte desde el uso de la palabra adecuada hasta la
formulación de propuestas en conjunto.
Me quedo con el país donde Hugo llamó a Henrique y reinó el respeto, la
cortesía, la educación, la tolerancia, el reconocimiento del otro como
ganador o como perdedor, aunque sea por pocos minutos.
Ese es el país del medio que merecemos quienes sólo queremos que Venezuela
sea una nación próspera donde nadie tenga la necesidad de pensar que quiere
partir a buscar otros rumbos. El país que describe la canción: “…si algún
día tengo que naufragar y un tifón rompe mis velas enterrad mi cuerpo cerca
del mar en VENEZUELA”
TIPS PARA QUE TE DEFIENDAS
1.-El llamado a los líderes, voceros o representantes de las tendencias es
vital. Muchas veces asumen actitudes infantiles propias de niños de edad
temprana que se burlan de otro o se golpean porque le quitaron un juguete.
La madurez en la política debe determinarse por la capacidad de un discurso
fuerte pero jamás ofensivo. Deben desaparecer los calificativos peyorativos
y todo gesto verbal que incite a la confrontación irracional e infantil.
Por ejemplo puede resulta muy útil enseñar a muchos de ambos bandos a no
utilizar el tuiter para agredir a su adversario, no sólo se pierde tiempo
valioso, sino que se victimiza sin sentido al otro.
2.-Creo que es imprescindible elegir un grupo de interlocutores imparciales
válidos, objetivos, con capacidad de mediación y conciliación que permitan
sentarse en un mismo espacio a gobierno y oposición para concretar
objetivos comunes. Una especie de consejo de mediadores que capte cualquier
circunstancia lesiva de la ciudadanía por razones de discriminación o
polarización política y advierta sobre el daño que esto ocasiona a la
construcción de la prosperidad nacional.
3.-Puede sonar básico, quizá elemental, pero creo que ayuda en exceso
colocar en blanco y negro aquellas circunstancias en las cuales todos
estamos de acuerdo y que requieren de nuestra participación desde lo
político, lo ciudadano y lo gubernamental. También hacerlo con las
negativas, de manera tal de ir depurando aquellas que son irreconciliables
y otras sobre las cuales todavía podríamos conversar.
4.- Es importante comenzar a dar espacio a quienes no son seguidores del
oficialismo como militancia, pero que tienen que aportar, como expertos, a
las áreas más neurálgicas del problema. Personas que nos sirvan para
fortalecer políticas públicas independientemente de su tendencia o su
filosofía ideológica.
5.-Es impostergable cerrar el ciclo eterno de los sucesos de abril de 2002.
Qué sentido tiene seguir y seguir atacándose por algo que no sólo pasó por
una amnistía, sino que también ha contado con culpables, condenados,
evadidos, exiliados. Cualquier cosa que se haya tenido que pagar ante los
ojos de los hombres o de Dios ya en 10 años estoy convencida que se ha
hecho.
6.-Sugiero abrir espacios de encuentro entre partidarios de distintas
tendencias. Foros, eventos en conjunto, actividades comunitarias,
presentación de proyectos para seguridad. Debates televisados e inclusive
un encuentro nacional de reconciliación política que nos permita establecer
puntos de encuentro en pro de Venezuela y los Venezolanos.
Para que te defiendas
Mónica Fernández
Twitter: @monifernadez